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lunes, 28 de noviembre de 2011

Iván Simonovis, exdirector de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Mayor: "Mi obligación es sobrevivir a esta barbarie judicial"

"En la cárcel hay unos días malos y otros peores, sobrevivir a cada día es una hazaña (...) No hay explicación a lo que pasamos. Unos resentidos decidieron convertirme en su bandera de éxito", señaló Simonovis.

Iván Simonovis en uno de los últimos traslados que se le hicieron desde Maracay antes de su reclusión en El Helicoide | CORTESÍA EL PERIODIQUITO

SARA CAROLINA DÍAZ | EL UNIVERSAL
lunes 28 de noviembre de 2011 12:00 AM


El comisario Iván Simonovis tiene mucho tiempo para leer. Ahora mismo se sumerge en las páginas de la trilogía del sueco Stieg Larsson y, en una lectura más local, Socialdemócratas vs. Comunistas de Antonio Ecarri. A pesar de su falta de exposición al sol tuvo la energía para pasar de lector a escritor y publicar su Guía Anticrimen, cómo evitar ser la próxima víctima basada en su experiencia profesional. "Hay que mantener la mente ocupada. El ocio es el peor enemigo del preso", dice al señalar que también está concentrado en la producción de una autobiografía que saldrá en el primer trimestre de 2012.

Su casa es El Helicoide pero su hogar es su esposa y el deseo, ya obligación, de sobrevivir "a esta barbarie judicial". Ya ha cumplido 7 de los 30 años a los que fue condenado por los sucesos de abril de 2002 en Puente Llaguno. Sus condiciones de reclusión, recuerda, "son diametralmente opuestas" a las que tuvo el presidente Hugo Chávez luego de su intento de golpe en 1992, "cuando hasta por un dolor de muela era trasladado al hospital militar".

A través de sus familiares Simonovis respondió el siguiente cuestionario a El Universal. Habla de, como él mismo dice, su hazaña de sobrevivir cada día en la cárcel.

-Se ha dicho que usted ha recibido en total 7 días de sol en lo que va de año. ¿Qué consecuencias físicas y psicológicas ha ocasionado esa situación en su vida?

-No sé de dónde salen los 7 días. Tenemos aproximadamente 5 horas con 15 minutos por mes de sol. Así que en lo que va de año hemos recibido nos más de 56 horas en total de sol. Primero cada vez que salgo y el sol esta muy radiante debo cerrar los ojos porque no aguanto la iluminación. Al cabo de 10 o 15 minutos que empiezo a apreciar el entorno del cielo, las nubes, los edificios aledaños es imposible evitar que me invada la nostalgia. Inmediatamente pienso en mi familia. Entonces lo que hago es caminar en el área permitida y pensar las cosas que quiero hacer cuando sea libre. Yo tengo absolutamente claro que mi obligación es sobrevivir a esta barbarie judicial.

-¿Cuál es la diferencia entre sus condiciones de reclusión y las que tenía el presidente Hugo Chávez en 1992 luego del intento de golpe de Estado?

-Hugo Chávez estrenó la cárcel de Yare. Él y sus compañeros en el golpe de Estado estaban en un lugar con acceso al aire libre, tenían visita todos los días a la semana y quienes quisieran visitarlos podían entrar. Aquí no puede visitarme ni diputados ni personales de la vida publica así sea un humorista. De hecho ni el Cardenal Jorge Urosa Savino puede venir a verme, obviamente los periodistas tienen una prohibición directa. Este régimen viola el derecho a la salud y a la vida que cobran especial relevancia en los casos de personas privadas de libertad. Sin duda, una trato diametralmente opuesto al recibido por el Presidente quien como prisionero político daba declaraciones semanales y hasta por un dolor de muela era trasladado en forma inmediata al hospital militar.

-Y qué piensa hoy en día del presidente Chávez?

-Que al igual que Hitler, Mussolini, Leonidas Trujillo o Milosevic y otros, es un enfermo de poder rodeado de un grupete de aduladores. Es otro caudillo latinoamericano que por falta de las estrategias adecuadas por parte de oposición se hizo de todo el poder del Estado. Aquí hay una arquitectura democrática pero el control total del Gobierno está en el puño de Hugo Chávez, pero al igual que todos esos dictadores también tiene fecha de vencimiento y eso será en Octubre del 2012.

-¿Qué es lo más difícil de la cárcel?

-En la cárcel hay días malos y otros peores, sobrevivir a cada día es una hazaña. La cárcel genera mucha ansiedad y cada quien la controla en la forma que puede. Lo máximo que puedes hacer con esa ansiedad es lavarla, ponerla a hibernar, someterla a estado vegetativo pero siempre esta ahí. Otra cosa que siempre esta ahí es la esperanza, nunca muere, sólo dormita. Es como un tratamiento terapéutico para la estabilidad emocional, pero con cualquier noticia despierta y te hará soñar de nuevo. La vida tras las rejas reclama una dosis se fortaleza extraordinaria.

-¿Qué le da fuerza?

-Primero mi esposa, Bony es una mujer extraordinaria bella inteligente y tenaz, no se deja intimidar por nada ni por nadie y si de la familia se trata la defenderá con toda su fuerza. Ha sido mi soporte vital en este viacrucis. Lo otro el amor de mis hijos, su dulzura me llena de alegría y energía. Ha pasado que poco antes de la visita estoy decaído pero al verlos me olvido, hago abstracción de todo para hacerlos felices. También está la familia, mi inigualable suegra, mis cuñadas, sobrinos, tíos y los amigos. Además de mucha gente que no conozco pero sé que cada día reza por nosotros, y finalmente los medios de comunicación que no permiten que nuestro caso pase al olvido.

-¿Cómo es su día a día? ¿Cuál es su rutina?

-La rutina es sencilla, abren los candados a las 6:00 am, me levanto como a las 8:00 am, desayuno y converso con otros presos, veo las noticias en TV y algún programa. Sobre el medio día, luego de almorzar, me gusta leer o escribir, en la tarde-noche hago una hora y media de ejercicios, luego la cena y a prepararse para el cierre que es a las 10:00 pm, allí decido si veo TV o escribo. Lo único diferente fue cuando estábamos en juicio, 3 años y medio rodando de Caracas a Maracay. De resto, así han sido estas 65.000 horas de injusta prisión.

-¿Usted se siente abandonado o siente que no ha habido suficiente solidaridad entre los venezolanos con su caso?

-Definitivamente sí ha habido solidaridad, el termómetro de eso es lo que mi esposa me comenta. Ella me creó una cuenta Twitter y una de Facebook, cosas que yo no conozco porque esas redes sociales se capitalizaron mientras yo he estado en la cárcel. En el Twitter tengo 56 mil seguidores y varias cuentas de Facebook. Además hay muchas muestras de apoyo, gente que no conocemos que no dejan de abordar a mi familia para expresar apoyo. Incluso gente del Gobierno le ha expresado su pesar por lo que nos ha tocado vivir, amigos, partidos y personajes políticos, la iglesia, ONG nacionales e internacionales están pendientes.

-¿Su situación le ha generado rabia u odios hacia personas o instituciones?

-No deseo venganza, alguien vengativo resulta aquel que disfruta con el daño infligido a otro a sabiendas que es inmerecido y desproporcionado. Ese no es mi caso, soy un hombre de justicia y de ley. Sin duda hay momentos de desasosiego y sentimientos encontrados. Han sido siete largos años que me han tocado vivir días enteros de sufrimiento, desilusión, rabia, impotencia. No se cuantas veces me he preguntado: '¿Hasta cuándo Dios'. Esos pensamientos florecen cuando encarnas situaciones como cuando me sentenciaron a 30 años de prisión, por un momento toda mi vida pasó frente a mis ojos en cámara lenta. Costaba digerir todo eso, la rabia y la indignación te consumen. Durante unos segundos quieres desaparecer. Luego vienen las reflexiones y te das cuenta de que estás en mundo bizarro. No hay una explicación lógica a todo esto, lo que hemos pasado, sólo que un grupo de resentidos decidieron convertirme en su bandera de éxito. He fabricado un modelo mental que consiste en que cualquier juicio de valor entre lo justo o lo injusto no tiene aplicabilidad alguna ante este alevoso Gobierno y sé que volverá a restituirse el sistema de justicia y cada uno de mis juzgadores y violadores de DDHH tendrá que enfrentar tarde o temprano la justicia nacional o internacional, eso lo puedo asegurar.

-Mandela tenía un modo muy particular de concebir la libertad cuando estaba recluido en una celda 2 X 3...

-He leído sobre la vida de este héroe de la paz así como de otros martines de la opresión y miseria humana, Luther King, Mahatma Gandhi y un caso más perecido al mío como es el de Franz Kafka. De todos ellos tienes algo que aprender, a la mayoría de estas personas las movía un ideal y sus convicciones. En consecuencia lo que me ha dejado la lectura de estos extraordinarios personajes es que la libertad está dentro de nosotros mismos, es como una planta que vive en el corazón de cada preso, solo debes alimentarla y el abono esta en la fuerza que pongas en no dejarte vencer por la adversidad.

-¿Qué significa para usted la palabra justicia?

-Para mi la justicia es que partiendo del un principio de equidad cada persona debe tener lo q le corresponde, bien sea un algo que lo beneficie o un castigo. Si es un beneficio debe ser directamente proporcional al esfuerzo o empeño para obtenerlo y si es un castigo proporcional a la falta cometida. Toda mi vida he sido coherente con lo que digo y hago y tuve una carrera intachable en la otrora PTJ. Siempre he respetado la Ley y en eso baso mi conducta de vida. Hace años asumí que dando lo mejor de mi, incluso sacrificando horas y días con mi familia, lograría objetivos tangibles en la reducción del delito, pero me equivoque. El hecho de haberme preparado y estudiado me convirtió en un enemigo de este régimen con el resultado que todos conocen.

-¿Usted recibe algún tipo de ayuda psicológica o religiosa donde se encuentra?

-Ayuda psicológica no existe, y eventualmente hay misas acá.

-Después de que le permitieron hacerse exámenes médicos y ya con un diagnóstico. ¿De qué modo se está tratando sus enfermedades? ¿Ha tenido oportunidad de hacerse un tratamiento...?

-En eso no hemos avanzado aún, ciertamente hay una serie de tratamientos que debo hacerme y en las próximas semanas los abogados harán las diligencias necesarias para solicitarlos.

-¿Cómo es escribir un libro en la cárcel, de dónde saca el material de base (posibles entrevistas, cifras, textos de apoyo, etc) y el ánimo para emprender una nueva tarea, su libro, una guía para prevenir delitos, en las condiciones en las que se encuentra?

-Tardé poco más de un año en hacerla, tomé como base las presentaciones que hice para prevención de delitos ante diferentes públicos a ejecutivos, corporaciones, juntas de vecinos, Club Magnun, etc, para actualizarla pedí a mi familia o amigos me ayudaran. Primero hice un boceto de lo que debería llevar la guía y poco a poco la fui completando cada unos de los 6 capítulos, Yo escribía durante la semana y a medida en que escribía solicitaba me buscaran información sobre uno u otro tema. Luego se le entregaban a una persona que lo transcribía en computadora, se revisaba y cuando estuvo armado se le envío a Roberto Weil quien hizo los dibujos y así sucesivamente, un año y medio de trabajo. Toda la fortaleza me la da mi la familia, hacer la guía surgió de una conversación con mi hijo quien me contó el asesinado de un compañero del colegio y de la visita de un día ex ¿compañero de PTJ, Jorge Betancourt, lo importante era hacer algo que pudiera ser útil a mi familia pero también pudiera constituirse en una orientación valiosa para cualquier ciudadano. Finalmente luego de éstas vicisitudes carcelarias logramos hacer la Guía-Anticrimen. Este año he escrito mucho porque al mismo tiempo terminé mi biografía que inicié luego de ser sentenciado en abril del 2009. La biografía ya está lista y en manos de una especialista, se está transcribiendo y corrigiendo. Espero salga a finales del primer trimestre del 2012. Aquí es importante mantener la mente ocupada, el ocio es el peor enemigo de un preso.

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