(Foto Archivo)
EL CARABOBEÑO
El diputado a la Asamblea Nacional (AN), Miguel Cocchiola, aseguró que con los 8 mil 600 millones de bolívares fuertes que se presupuestaron para el gasto militar y compra de armas en 2012, se podrían construir al menos 200 mil casas, y cumplir así con una necesidad real de la población y evitar que el “negocio de la guerra” siga engordando los bolsillos de la burocracia revolucionaria.
Para el parlamentario es verdaderamente descabellado que mientras se incremente un 130% el gasto militar y de guerra, solo se aumente un 30% en el resguardo de la vida y seguridad de los venezolanos. “En nuestros barrios y pueblos cada fin de semana hay más de 100 muertes a manos del hampa, y es para el país la primera necesidad acabar con esa violencia no comprar más armas de guerra que siguen engordando cuentas de altos funcionarios”, expresó un boletín de prensa.
Resaltó que la Misión Vivienda no ha cumplido con las metas, y que para 2012, seguramente tampoco se podrá pues el presupuesto asignado es mucho menor al que se necesita en la realidad. “Esos casi 2 millardos de dólares que se gastarán en armas, deberían ir a la Misión Vivienda para bajar el déficit habitacional, que ahora se incrementará con esa Ley de Arrendamientos que perjudica a la clase media”.
Explicó que al menos 200 mil viviendas podrían construirse de emplearse los recursos destinados a la “guerra” en la familia venezolana que no tiene opciones de comprar casa propia ante el enorme déficit existente.
Se podrían culminar 3 nuevas líneas del Metro
Del mismo modo, Cocchiola, aseveró que con el gasto planificado para la compra de armas de guerra, el Gobierno nacional podría incluso culminar 3 nuevas líneas del Metro de Valencia, pues -como han dicho en varias oportunidad- se necesitan unos 750 millones de dólares por cada nuevo tramo, y el gasto militar sobrepasa los 2 mil millones de dólares.
Denunció que mientras en Valencia, la paralización del subterráneo, ha sido un verdadero desastre, año tras año, el dinero del país, se gasta en más y más armas, sin ningún control de calidad y contraloría que verifique la necesidad de esas armas, y el por qué de invertir tanto dinero en el “negocio de la guerra” cuando el país tiene otras prioridades.
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