fotos | ELADIO TORRES
Boca de visita en la parte trasera del plantel |
Las aguas negras fluyen como fuente en las aceras |
Un contaminado canal bordea al liceo Andújar |
El peligro es grande para los casi 700 alumnos |
Este liceo está ubicado en la 1ª calle del sector Huete, en Cagua, comunidad donde todas las calles -son 17- están afectadas por el problema de las cloacas desbordadas. Casualmente, en la cloacal calle Uno, están alineadas no pocas instituciones: el colegio Padre Francisco Amigo, el módulo de la Policía Municipal, Protección Civil, la cancha deportiva, el consultorio de Barrio Adentro y un Simoncito.
Cuenta la orientadora del plantel, Yamileth Hernández, que el problema data ya de tres años, pero que se ha venido agravando desde el pasado mes de junio. “Ya esto no se aguanta -comenta- y más allá de las dificultades para el cumplimiento del proceso educativo, ahora proliferan las enfermedades entre docentes y alumnos, con afecciones de las vías respiratorias, dermatológicas, gripe y conjuntivitis, entre otras”.
La docente, y el también profesor Alexander Beltrán, comentan que están cansados de denunciar la situación ante organismos como la Alcaldía de Sucre e Hidrocentro, pero hasta el presente no se han conseguido respuestas positivas.
“De parte de la Alcaldía -añadense- han limitado al envío de un camión hidrojet para destapar las cloacas, pero esto, de ningún modo, solventa el problema. Realmente la situación le corresponde resolverla a Hidrocentro, y de la oficina que tiene ésta en Cagua, han rebotado a los vecinos para que vayan a reclamar a la de Guacara”.
Además del brote permanente de aguas negras frente a la entrada del plantel, a su costado por la parte sur hay un canal de aguas residuales bloqueado de desperdicios, basura, escombros y animales muertos. En este aspecto -dicen los docentes- también hay parte de culpa de los vecinos, porque irresponsablemente lanzan allí todos estos desechos que represan las aguas y se convierten en foco de contaminación. En este liceo que lleva el nombre de uno de los maestros del Libertador, el misionero capuchino Fray Francisco de Andújar, se da la curiosidad de que nunca ha sido inaugurado, situación mantenida desde hace tres años, cuando necesariamente tuvo que ser ocupado por la comunidad para que se diera inicio al proceso educativo, ya que los muchachos del sector tenían que cursar estudios en instituciones lejanas.
La amenaza de las aguas putrefactas se cierne sobre un conglomerado de 669 alumnos, 38 docentes y otras 30 personas entre obreros y personal administrativo. El alerta, ante el peligro de una contaminación masiva, lo hace llegar esta comunidad al gobernador de Aragua Rafael Isea y a la autoridad única en educación de la entidad, profesora Maritza Loreto.
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