foto | NÉSTOR OCHOA
En medio de la humareda producida por los cauchos quemados en plena vía pública, los vecinos gritaban indignados: “¡No al cierre!”, mientras levantaban en alto unas pancartas con consignas de rechazo hacia la medida de clausura del taller.
De acuerdo con lo relatado por el ciudadano José Freites, un vecino de la comunidad, identificado como Carmelo Cerro, se dedicó a hacerle la vida imposible tanto al dueño como a los trabajadores del taller hasta el punto de valerse de sus influencias en el gobierno municipal para que funcionarios de Satrim cerraran el establecimiento comercial.
En cuanto a la raíz de este problema, recordaron los vecinos que en días pasados a Cerro se le rompieron las tuberías de aguas negras y como el taller funciona al lado de su casa le pidió al propietario que le diera 30 mil bolívares.
Ante la negativa del dueño del establecimiento, el vecino amenazó a los presentes diciéndoles que nunca más volverían a abrir el taller.
Destacó el manifestante que en el taller laboran diez personas que hacen vida dentro de la comunidad, quienes deben llevar diariamente el sustento a sus hogares.
Según Freites, el dueño del taller ni siquiera recibió una notificación previa al cierre del local, por lo que considera que está claro el “padrinazgo” por parte de funcionarios de la Alcaldía del municipio Girardot.
Asimismo, a los vecinos les parece injusto que una persona que apenas tiene dos años viviendo en el barrio 12 de Febrero tenga la potestad de mandar a cerrar un taller que lleva más de treinta años funcionando en la comunidad.
A pesar de que los trabajadores del taller industrial cuentan con el apoyo de los vecinos y del consejo comunal nadie les ha querido atender en la Alcaldía de Girardot, por lo que solicitan a las autoridades que se aboquen a solucionar este problema que afecta a diez padres de familia que hacen vida en la comunidad de 12 de Febrero.
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