En la operación, en la que participaron más de 250 funcionarios, hubo 134 detenidos | Foto Alex Delgado
La mayoría murió durante supuestos enfrentamientos con agentes de la Policía Nacional. 134 personas fueron retenidas para verificarles antecedentes
Javier Ignacio Mayorca
jmayorca@el-nacional.com
14 de julio 2015 - 12:01 am
Quince muertos fue el resultado preliminar de una redada masiva llevada a cabo desde el lunes en la madrugada en la Cota 905.
En la operación participaron funcionarios de las brigadas de Orden Público, Motorizados y Servicio Antidrogas de la Policía Nacional Bolivariana; grupos élite de la policía judicial y del Sebin, así como efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana para resguardo del tránsito en los alrededores.
Los funcionarios de la PNB comenzaron a tomar posiciones a partir de las 4:00 am. Algunos llegaron a través de las vías troncales que unen a ese sector con La Vega. Otros se apostaron en la redoma La India y los accesos a través de la plaza Madariaga y la avenida Páez de El Paraíso.
Un total de 250 funcionarios de distintos cuerpos de seguridad intentaban neutralizar a la organización liderada por Carlos Luis Revete, alias Koky, de 33 años de edad, a quien responsabilizan del recrudecimiento de la criminalidad en los alrededores. Ese hombre figura en la lista de los 10 más buscados por la policía judicial en el Distrito Capital. Fuentes de ese cuerpo señalaron que en la Cota 905 se ocultaban más de 25 vehículos robados, entre ellos un camión de distribución de cervezas. Los sistemas de posicionamiento satelital (GPS) así lo indicaban.
Accesos bloqueados. Desde el inicio de la jornada tres tanquetas de la GNB bloquearon la vía principal de la Cota 905. Algunos vecinos discutieron con los militares, pues ni siquiera les permitieron caminar hasta sus viviendas.
Simultáneamente, francotiradores del Servicio Bolivariano de Inteligencia se apostaron en las azoteas de edificios y otros inmuebles próximos a los lugares donde supuestamente se ocultaban los delincuentes. La operación incluyó registros casa por casa en sectores conocidos como San Miguel, La Cancha y Las Casitas. Utilizaron unidades caninas de la GNB y de la PNB para la detección de drogas ilegales.
Los primeros enfrentamientos fueron en el sector La Cancha. De allí sacaron a dos muertos hacia la morgue del hospital Miguel Pérez Carreño. Otros tres fueron trasladados en las bateas de camionetas pick up del Sebin. Los demás en ambulancias de la PNB.
A las 9:15 am comenzaron a bajar hacia la plaza Madariaga de El Paraíso las grúas de plataforma con los vehículos recuperados durante la operación. Algunos estaban en proceso de desvalijamiento cuando empezó la redada. Había Chevrolet Aveo, Ford Fiesta, camionetas Toyota Prado, Terios y Mercedes Benz, un Hiunday y un Renault Symbol blancos utilizados como taxis.
Usaban silenciadores. Una residente del sector, Erika Sotelo, afirmó que los enfrentamientos entre grupos delictivos de la Cota 905 la obligaron a salir del apartamento que ocupaba en el edificio Los Laureles, ubicado en el sector del mismo nombre.
Recordó que los tiroteos rompieron en dos oportunidades los ventanales de la cocina de su apartamento. En la última ocasión optó por no poner uno nuevo, pues creyó que volvería a perderlo. Desde su edificio, esa mujer y otros vecinos pudieron ver que los funcionarios policiales prácticamente no tuvieron resistencia al momento de enfrentar a los maleantes. Una situación distinta que la vivida el 5 de junio, cuando fueron lanzadas granadas contra oficiales y motocicletas de la Policía de Caracas.
“Creo que los policías usaban silenciadores, pues casi no hacían ruido”, afirmó.
A las 11:30 am oficiales de la PNB informaron extraoficialmente que uno de los delincuentes intentó ocultarse en una vivienda cercana a la redoma La India. En el proceso obligó a los ocupantes a desalojar el inmueble, y se atrincheró con otros compinches. El líder del grupo supuestamente tenía una subametralladora.
“Elementos extranjeros”. El titular de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, mayor general del Ejército Gustavo González, informó el lunes en la tarde que además de los 14 muertos había una persona gravemente herida, que murió horas después.
Precisó que 32 de los 134 detenidos son colombianos. De allí dedujo que se trataría de miembros de organizaciones paramilitares: “Usaban la droga, usaban los dólares para acometer y comprar estas organizaciones delictivas para fines inconfesables”, dijo.
La operación policial fue grabada por camarógrafos de cuerpos de seguridad. Igualmente, en el lugar se presentaron periodistas de medios oficialistas que tradicionalmente no hacen cobertura a las informaciones de sucesos.
“Este tipo de operativos se hace para liberar al pueblo de las bandas criminales”, dijo el ministro González. De hecho, informó que el operativo de seguridad conjunto se denomina Operación de Liberación del Pueblo (OLP) y que recibió instrucciones del presidente Maduro para extenderlo a todo el país.
PCV propone revisar las “zonas de paz”
HERNÁN LUGO-GALICIA
El PCV dio dos alertas sobre el tema de la inseguridad. En la primera, instaron al gobierno a revisar las zonas de paz porque, según el secretario general Oscar Figuera, “no han cumplido su función: reducir la delincuencia” y se han convertido en lugares donde se enfrentan bandas contra la policía.
El diputado del Parlatino, Carolus Winner (PCV), consideró que detrás del aumento de los índices de criminalidad estarían “organismos paramilitares”, provenientes de Colombia, así como factores sociales que inducen a las personas a delinquir: “Cualquier solución debe incluir oír a las organizaciones populares y constituir una dirección colectiva del proceso, que debata y apruebe políticas para el gobierno”.
En la segunda alerta, el Comité Regional del PCV-Mérida instó al Poder Judicial a investigar la muerte de “revolucionarios” en manos del Estado. “El PCV es el partido con el mayor número de desaparecidos y muertos en la historia venezolana, por lo que no podemos permanecer de brazos cruzados. Camaradas amigos del PCV, como Alcedo Mora, denunciaron casos de corrupción y al rato desaparecieron. No es coincidencia. El mensaje que manda su desaparición es: intimidación y miedo que no deberemos tolerar”, indicó Paul Dobson, dirigente merideño.
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