Varios dirigentes del partido revelación de España, incluyendo a Pablo Iglesias, han tenido una relación muy cercana al chavismo que les ha reportado beneficios económicos por asesorías y servicios. Muchos trabajos los hicieron a través de una fundación a la que Cadivi le liquidó 3,2 millones de dólares. Juan Carlos Monedero, otro de sus miembros, fue "unidad ejecutora o responsable" de manejo de dinero público en el Centro Internacional Miranda
Franz von Bergen / El Nacional
fvonbergen@el-nacional.com
1 de marzo 2015 - 12:01 am
Comenzaba a despuntar el año 2013 y un grupo de españoles bebía cubalibres mientras hablaba en la barra del restaurante La Hostería, de Parque Central, sobre un documental que estaban produciendo. El trabajo era sobre el avance político de Venezuela y el legado de Hugo Chávez, que acababa de morir de cáncer en Caracas el 5 de marzo. A pesar de que estaban sentados hacia una esquina y cerca de una pared, otros clientes los escuchaban y no compartían sus planteamientos. “Múdate para acá y vive un tiempo en San Agustín para que veas cómo es la cosa”, dijo uno de ellos. La escena la recuerda con cierto detalle un empleado del restaurante: “Todos intercambiaron sus puntos de vista y hubo un debate interesante por unos minutos, luego dejaron de hablar”.
El testigo reconoce hoy a dos de esos españoles. Eran Pablo Iglesias, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y asesor del gobierno venezolano, y Juan Carlos Monedero, académico de la misma casa de estudios y miembro del Centro Internacional Miranda, ente adscrito para entonces al Ministerio de Educación Universitaria. El documental del que hablaban era Chávez y los intelectuales, una pieza producida por Iglesias para el canal de televisión iraní HispanTV que se publicó en agosto de ese mismo año con Monedero como entrevistado central en uno de los funiculares del teleférico del Ávila.
Menos de seis meses después del estreno, el 17 de enero de 2014 y junto con otros dirigentes de ese país, los dos personajes presentaron en Madrid, España, el partido político Podemos. Iglesias es ahora secretario general de esa organización y Monedero secretario de Proceso Constituyente y Programa.
En poco más de un año, la tolda se convirtió en la más popular del país, según varias encuestas, y aspira con seriedad a ganar las próximas elecciones generales, que serán en diciembre. Este crecimiento la ha puesto en el ojo del huracán y su financiamiento ha sido cuestionado por medios de comunicación y rivales políticos.
Las denuncias más fuertes se basan en los nexos de sus dirigentes con los gobiernos de la nueva izquierda latinoamericana. En el caso de Venezuela, varios de sus miembros y la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), que en Europa es descrita como “la semilla” del partido, recibieron del gobierno entre 2004 y 2012 al menos 3,9 millones de dólares por concepto de pagos de asesorías y un premio. Eso es casi 3 veces más de lo que Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) le liquidó en 8 años a la Fundación Sistema Nacional de Orquestas, a la de Museos Nacionales, a la del teatro Teresa Carreño, a la Cinemateca Nacional y a la Villa del Cine. Todas juntas.
El partido Copei también ha puesto atención sobre la situación y asegura tener pruebas de que la presencia de estos dirigentes españoles costó al Estado venezolano más de 10 millones de euros desde 2002 si se suman pagos de sueldo, viáticos y hospedaje. José Alberto Zambrano, vicepresidente de Asuntos Internacionales del partido, advierte que introducirán una demanda sobre la situación ante el Tribunal de Cuentas de España.
La conexión española. Roberto Viciano y Rubén Martínez Dalmau, ambos profesores de la Universidad de Valencia, fueron los primeros españoles que asesoraron a Hugo Chávez. Ofrecieron sus servicios cuando la llamada revolución apenas daba sus primeros pasos y el jefe del Estado preparaba el proceso constituyente de 1999, fenómeno sobre el cual han escrito varios trabajos.
Luego de la experiencia en Venezuela, los dos españoles se reunieron con otros intelectuales y crearon la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales, constituida en la ciudad española de Valencia y de la cual Viciano llegó a ser presidente. En su expediente se puede leer que uno de sus objetivos es ofrecer “cooperación y ayuda en los países en vías de desarrollo, especialmente en Hispanoamérica y África”. No pasó mucho tiempo para que la organización llegara a Caracas. El 26 de noviembre de 2002 abrió una oficina y autorizó a la española Fabiola Meco como representante #para toda clase de relaciones ante cualquier organismo”, según consta en el expediente, registrado en Venezuela el 10 de diciembre de 2002.
Ese trámite permitió que comenzara una larga historia de servicios de asesoría a varios entes gubernamentales, incluyendo el Despacho de la Presidencia. Uno de los involucrados en las actividades fue Pablo Iglesias, miembro del patronato de la CEPS desde 2008 y “responsable de la unidad de análisis estratégico de la presidencia de Venezuela”, como muestra su currículo, disponible en su sitio web. El documento también revela que dictó cursos para funcionarios del Ministerio del Interior y Justicia, en 2006, y de Conatel, en 2007. El primero duró cinco días, entre el 5 y el 9 de junio, y trató con varias lecturas el tema del neoliberalismo, la globalización y la reacción social, indica su plan de estudios.
Los vínculos de la fundación con Podemos no terminan allí. Iñigo Errejón, secretario político de la tolda, es actualmente vocal en la CEPS y Meco, que también encabezó una misión de observadores electorales que registró la fundación ante el Consejo Nacional Electoral para el referendo revocatorio de 2004, es dirigente del partido y candidata al Consejo Ciudadano Autonómico de Podemos en Valencia por la plancha de Iglesias. Además, el propio Viciano ha sido vinculado con el partido por medios españoles y en su cuenta de Facebook indica que le gusta la organización política.
Cadivi benefactor. La lista de liquidaciones de Cadivi revela que entre 2004 y 2012 a la CEPS, que en su expediente no coloca una dirección en Venezuela ni tampoco está en el Registro Nacional de Contratistas, le fueron entregados 3.240.790 de dólares en 52 solicitudes distintas. Las divisas eran de la categoría “otros conceptos”, lo que indica que fueron aprobadas a través de peticiones de casos especiales y no para importar bienes.
Una fuente que trabajó en el ente cambiario y declaró en condición de anonimato explicó que algunas solicitudes de casos especiales pueden ser hechas para organizar eventos o pagar honorarios a extranjeros que solo vienen a trabajar a Venezuela por un tiempo determinado. Comparó la situación con la de un equipo profesional de deporte que contrata jugadores de otros países y tiene que pagarles en divisas, para lo cual requiere cambiar bolívares.
En el mismo período, a los 8 equipos de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional les liquidaron $ 36.968.918, un promedio de $ 4.641.114 a cada uno, lo que indica que a la fundación española le dieron divisas a casi el mismo ritmo. Al Caracas Fútbol Club le otorgaron $ 209.965, esto es 15 veces menos que a los españoles.
En 2014 la fundación continuó recibiendo divisas y fue una de las tres organizaciones de ese tipo a las que le liquidó el Cencoex, sucesor de Cadivi. Según datos de una lista oficial, entre enero y agosto de ese año le aprobaron $ 39.523.
Además, algunos de sus miembros recibieron divisas por otras vías. Por ejemplo, Luis Alegre, parte del Consejo Ejecutivo y ahora secretario de Participación Interna de Podemos, ganó en 2010 el premio Libertador al Pensamiento Crítico, otorgado por el Ministerio de la Cultura y que entrega $150.000.
Por el socialismo. Pasear en el ascensor del hotel Anauco Suites, ubicado en Parque Central y manejado por el Estado desde 2003, es como hacer una gira por varios países. En el piso 8, el elevador recoge a tres muchachas con marcado acento cubano. Se bajan en el piso 3 y se sube una señora de mediana edad hablando por celular sobre los consejos presidenciales de gobierno con acento sureño. Las caras son distintas, pero el perfil de todos los huéspedes es similar: ropa sencilla y cierta despreocupación por la apariencia personal. En eso se parecen al hotel, una estructura de 21 pisos poco cuidada, con alfombras rotas y falta de pintura. En algunos pasillos tiene una circular pegada de la pared solicitando que solo se saque basura de los cuartos en un horario específico debido a la aparición de roedores en los pisos altos.
Desde 2004, Juan Carlos Monedero vivió allí por largas temporadas, al igual que otros colaboradores del gobierno y coordinadores de misiones, gran parte de ellos cubanos. El profesor de la Universidad Complutense de Madrid llegó para asesorar a Chávez y por un tiempo estuvo despachando desde el mismo Palacio de Miraflores, confirma Víctor Álvarez, amigo personal del académico y ministro de Industrias entre 2005 y 2006.
“Era esclavo del trabajo y no tenía mucho tiempo para entretenerse, tanto que terminó con remordimiento por no haber ido más al interior del país. Haiman el Troudi (hoy ministro de Transporte Terrestre) dirigía el Despacho de la Presidencia y servía de interlocutor entre Chávez y el equipo de Monedero. Cualquier apoyo que necesitara, el presidente lo pedía a través de él”, cuenta Álvarez.
Algunos empleados del Anauco Suites que recuerdan a Monedero coinciden con el relato del exministro. “Llegaba siempre tarde, muchas veces de madrugada.
No era de esos que se vienen para estar en la playa o pasear”, afirma un guardia de seguridad. Otros destacan su apego a la lectura. “Una noche llamó porque necesitaba una carretilla para mover unos libros. Subí con un hombre de seguridad y cuando abrió la puerta el cuarto estaba lleno de libros. Había decenas regados en el piso”, comenta una recepcionista.
Monedero dejó de trabajar en Miraflores poco después de que Chávez se declarara abiertamente socialista, pues fue asignado a una nueva misión. En agosto 2005 nació la fundación Centro Internacional Miranda (CIM), una especie de think tank financiado con dinero público e integrado por intelectuales de distintas partes del mundo a los que les fue encomendada una doble tarea: formar y aconsejar académicamente a funcionarios del gobierno y a ciudadanos, y defender la ideología del proceso dentro y fuera del país. La organización, adscrita al recién extinto Ministerio de Educación Universitaria, tiene su sede en los últimos dos pisos del hotel Anauco Suites, donde se hospedaba el español, quien se convirtió en uno de los miembros fundadores.
Desde allí, el académico recibió importantes sumas de dinero para dirigir el Programa de Formación Socialista Sociopolítica. En la memoria y cuenta del CIM de 2008 y 2010 aparece Monedero como “unidad ejecutora o responsable” de tres registros presupuestarios que revelan el uso de 10.542.730 bolívares para este programa, 3.485.052 dólares si se traduce la cantidad con base en el tipo de cambio oficial de cada año, 2,15 en 2008 y 4,30 en 2010. 51,3% se ejecutó para “gastos de personal”, 8,7% para “materiales, suministros y mercancía”, 38,6% para “servicios no personales” y 1,3% para otros gastos.
Esa cantidad de dinero revela que el profesor de la Complutense fue responsable de 100% de los gastos de la fundación en 2010 y de 57,4% en 2008. Antes y después de esos años, el programa de Formación recibió grandes cantidades de recursos, pero no se coloca a una persona en específico como “responsable” del manejo.
En 2008 la memoria detalla que bajo este proyecto se hicieron 50 talleres de formación de cuadros, se dictaron 23 conferencias y foros, y se elaboraron materiales académicos escritos y audiovisuales.
Para aclarar si el trabajo de Monedero era remunerado dentro de la partida que manejó, se contactó a Luis Bonilla, presidente del CIM, quien prefirió no declarar. Víctor Álvarez, que trabajó con el español en la fundación, afirma que es una persona “austera, reservada y hasta conservadora, cuya pasión es el estudio y la investigación”.
Aunque el trabajo en el CIM ocupó gran parte de su tiempo en Venezuela desde su creación, Monedero también dio servicios a otras instituciones públicas.
La semana pasada presentó una factura de 425.000 euros que le pagó el Banco del Alba a su empresa Caja de Resistencia Motiva2 Producciones SLU por asesorías hasta el 31 de diciembre de 2014. S e negó a revelar más detalles alegando compromisos de confidencialidad.
Empleados del CIM y del hotel Anauco Suites aseguran que la última vez que lo vieron en Caracas fue hacia finales de 2014, cuando realizó una visita relámpago de tres días de la cual desconocen el motivo.
Otro miembro de Podemos, Iñigo Errejón, está vinculado también a una fundación venezolana. Se trata de Grupo de Investigación Social Siglo XXI, creada por el actual ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, en el 2010. En ella fue director de la línea de investigación de Identidades Políticas y escribió un artículo titulado El Chavismo y el nuevo sentido común de época. En 2011, el ministro dijo en una entrevista al Correo del Orinoco que la fundación CEPS los estaba asesorando en materia de encuestas electorales. Un año después, la firma de Chacón entregó estudios mensuales sobre los comicios presidenciales de 2012.
A un año de la muerte de Chávez, Errejón participó en un foro en España organizado por el consulado de Venezuela en Barcelona: “Por mí también pasó Chávez, era un nombre propio que pasó a ser un nombre común (...). Hoy ya es un pueblo”.
Se escribió correos electrónicos a Monedero y Errejón para conocer sus visiones sobre estos puntos, pero ninguno respondió.
Nexo “dañino”. La irrupción de Podemos en la política española ocurrió en mayo de 2014, cuando se midió por primera vez en unas elecciones y se llevó 7,96% de los votos. Con esto se convirtió en el tercer partido del país y ganó 5 escaños en el Parlamento Europeo. En ese momento los nexos de sus dirigentes con América Latina, y especialmente con Venezuela, empezaron a salir a la luz y se convirtieron en su principal punto débil para seguir creciendo. Desde entonces, se han distanciado del país.
“Nos hace daño, es evidente. Se ha construido una imagen en medios de España como si Venezuela fuera una dictadura y eso no es verdad. No estoy de acuerdo con muchas cosas que hace el gobierno de Venezuela, pero es escandaloso que lo presenten como una dictadura”, dijo Pablo Iglesias a La Sexta en una entrevista televisada el 30 de octubre de 2014 y concedida durante una gira latinoamericana que hizo por Ecuador, Bolivia y Uruguay. El dirigente evitó pasar por Caracas esa vez. “Nos hubiesen caído a ostias”, confesó.
ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO
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