MUD no se conecta con el sector popular. El politólogo Esteban Oria no ve una modificación a corto plazo. "El Gobierno apela a la resistencia de los venezolanos, y lo está logrando"
YOSSELYN TORRES
Los ciudadanos hacen largas colas para conseguir comida y ese malestar podría facilitarle las cosas a la oposición en las elecciones parlamentarias, pero Oria considera que a los dirigentes antichavistas les toca ser más creativos. "El Gobierno hasta ahora ha evitado la escasez total de alimentos. Eso hace que la sociedad no explote", opinó.
El analista lamenta que los venezolanos no puedan contar con un nivel mediano de certidumbre. Afirmó que no fue suficiente designar a Jesús "Chúo" Torrealba como secretario ejecutivo de la MUD. Le parece absurdo que la oposición no sepa conectarse con los sectores populares, cuando las empresas especializadas en marketing sí entienden al grupo D y E de la población.
"Los dirigentes de la Unidad solo se dirigen a la disminuida clase media. Siempre hablan de los intereses de ese sector: como los problemas generados por la falta de dólares. Los pobres padecen otras cosas y a eso debe abocarse el liderazgo opositor", comentó.
De lo malo se aprende, dicen los sabios. Sin embargo, los políticos venezolanos no asimilaron lo suficiente. Oria estima que nada cambiará a corto plazo. "La oposición irá tras los reductos que tienen garantizados en las parlamentarias de este año", pronosticó.
Cree que el chavismo experimentará un bajón en votos, pero como el universo de las clases D y E es amplio (80% de la población), "mantendrá sus cuotas".
"El chavismo presentó el mismo sistema cambiario del año pasado porque necesita mantenerse, y es ilógico que la oposición pida la unificación cambiaria porque las clases A y B son las más beneficiadas con esa medida", manifestó.
LA MUD EN UN AÑO
El cónclave opositor no se pronunció este 12 de febrero. Prefirieron que los jóvenes lideraran la conmemoración. Pero también es una fecha amarga para la mayoría de los partidos.
La división de la MUD se evidenció cuando empezaron las protestas, que tuvo su punto más álgido el 11 de abril, en el aquel debate en Miraflores que el Gobierno llamó diálogo. Fracasados "La Salida" y el diálogo nacional, Ramón Guillermo Aveledo debió renunciar a su cargo a finales de julio para evitar rupturas en la plataforma opositora. Hoy tratan de estabilizar la MUD, pero la proximidad de las elecciones parlamentarias retrasa la promesa de presentar un plan de país que los mostraría como real alternativa.
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