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sábado, 6 de septiembre de 2014

"El G2 le hace la agenda"

Tal Cual

Gloria Cuenca no lo duda: es el Servicio de Inteligencia de los Castro el que da directrices en materia de comunicación en Venezuela, más aun cuando saben que tienen en Nicolás Maduro a un hombre que dirige un gobierno frágil e improvisado

ELIZABETH ARAUJO/ FOTO SAÚL UZCÁTEGUI

Gloria Cuenca no lo duda: es el Servicio de Inteligencia de los Castro el que da directrices en materia de comunicación en Venezuela, más aun cuando saben que tienen enfrente a un gobierno frágil e improvisado.

A sus 73 años de edad y 50 años formando a viejas y nuevas generaciones de reporteros, esta veterana periodista admite haber sido comunista, y hasta maoísta, lo que le permite desentrañar lo sórdido de las revoluciones radicales. Cree no equivocarse al considerar que con su proyecto de ley de comunicación, Gastón Guisandes está haciendo el papel de tonto útil. “Cuando ya nos les sirva, le darán una patada y lo mandan al rincón de los traidores”

–Un taimado político de la cuarta república se aparece con una idea que enamora al Gobierno: la inclusión como periodista de todo el que escribe y opina ¿Qué hay de malo en la llamada Ley Guisandes?
–Es muy sospechoso que un integrante del oficialismo de la Asamblea Nacional se presente como ovejita y proponga ese mamotreto que es la nueva Ley de Comunicación Social, una ley que viola flagrantemente la Constitución, y que ni siquiera es legal presentarla en el Parlamento. Se sabe que hay un sector que no posee ninguna preparación como comunicadores sociales, menos como periodistas. Todo el mundo puede escribir, no hay problema en eso. Pero lo que no se puede ni se debe aceptar es que lo haga alguien que no tenga la preparación adecuada. Por eso y ahí viene el gran drama del regreso al pasado, absolutamente fuera de tono y fuera de lugar, como es el argumento de que quieren profundizar la revolución. Será la revolución fascistoide que se caracteriza por no aceptar la libertad de expresión.

–¿Y qué pretende el Gobierno con esto?
–Sospecho que no conocen bien la importancia del periodismo, y confunden periodismo con propaganda. Quieren hacer pura propaganda y de eso está consciente el G2 cubano que los asesora. Ese organismo es hijo de la KGB de la URSS, que antes de desaparecer ya había orientado a los Castro en las artes de manipular a la población, bajo la idea de que todo debe ser dominado a través de la propaganda ideológica. Por eso tanta avidez en comprar medios y cerrar emisoras o programas de radio. Pese a que disponen de una gigantesca plataforma comunicacional (prensa, radio y televisión) que nadie ve. . Pero no cesan en aplastar con sus mensajes y mentiras comunicacionales. Su objetivo: hacer propaganda para mantenerse en el poder, más aún cuando el Presidente ha bajado al mínimo su popularidad, porque sencillamente, lo está haciendo mal.

–Pero en el caso de Gastón Guisandes…
–Es lamentable que Guisandes se preste para eso. Está haciendo el papel de tonto útil. Será utilizado y después será apartado, esa es una práctica muy comunista. Acuérdate que yo fui comunista maoísta, y conozco bien qué está pasando realmente. Aquí es el G2 cubano el que manda en eso de la comunicación. El gobierno poco sabe con que finalidad hacen esto o lo otro. Lo de ellos es mantenerse en el poder. Maduro responde y hace lo que le dice el G2 cubano, que es en definitiva el que le hace la agenda. Pero se tratan de unos asesores que manejan un concepto ya caduco del siglo XIX. Creen que controlando los medios de comunicación va a quedarse por siempre en el poder. Allí está el libro de Teodoro, quien siempre se ha adelantado en el tiempo. En fin, este gobierno no sabe cómo manejar la información. Lo único que sabe hacer es propaganda y la que hacen es realmente mala.

–El propio Guisandes advierte que no es una ley contra el ejercicio del periodismo. ¿Cuál es el miedo del CNP?
–No es miedo, simplemente, que ha habido durante largos años una lucha por lograr la profesionalización, la especialización del tercer y cuarto nivel académico para los periodistas, y con ese mamotreto de ley se pretende eliminar de un solo plumazo todo lo que hemos construido con duras batallas, persecuciones, con periodistas presos, jubilados y hasta muertos. Yo lo que veo es que como no han podido obligar a todos los periodistas –porque hay algunos que se han plegado ya que están de acuerdo con ellos o se han plegado por necesidad– buscan con esta ley poner a los chavistas como futuros periodistas, aunque no tengan ningún tipo de formación. Tendrán que borrar las veinte escuelas, todos los cursos de enseñanza que se han dictado, todo lo que hemos manejado a lo largo de nuestra historia republicana de 1808 en adelante, todas las luchas de los periodistas. Lo lamento por algunos colegas que no sé si es que ingenuamente o por mala fe auspicie una modificación de la Ley del Ejercicio del Periodismo en la Asamblea Nacional.

–Guisandes insiste: la ley que rige el ejercicio del periodismo no se puede comparar con la normativa que ampara el oficio de médico o ingeniero, dado que se trata de profesiones que requieren de conocimientos y herramientas más complejas.
–El problema es conceptual al argumentar que cualquiera puede ser periodista. Es bueno aclarar que noticia e información son totalmente diferentes. Un ejemplo: cuando unas vacas fueron llevadas a la Plaza Bolívar por el difunto Chávez, eso le dio la vuelta al mundo; y fue lógico, porque las vacas son un animal sagrado en muchos países. Ningún periodista se explicaba por qué estaban en una plaza. Y como el hecho noticioso giró en torno a las vacas, el difunto se enfureció, porque no lo tomaron en cuenta a él sino a las vacas. Ahí las vacas fueron la noticia. Claro, él no era periodista, quizás un buen comunicador, pero eso no lo hizo saber qué era lo noticioso.

–¿No percibe un enredo en el oficialismo cuando tildan a cualquiera de fascista?
–Sí, creo que muchos de esos activistas y hasta dirigentes ignoran que fascismo, comunismo, leninismo, maoísmo forman parte de lo que llaman socialismo del siglo XXI. Son manifestaciones que se ocultan para pretender pasar como si estuvieran haciendo grandes cambios, y no es así, porque sus acciones buscan limitar a la gente en su capacidad expresiva, que informe y que la gente solo vea sus mensajes propagandísticos. Para el marxista-leninista y las demás corrientes que se dicen del socialismo XXI la libertad de expresión no tiene sentido. Solo aspiran a modificar la mente de la persona; eso que llaman “reeducándolos en la nueva ideología”, que es la vieja ideología marxista del siglo XIX. Para ello es necesario transformar los mensajes de los medios en propaganda. Tal vez ello no surta efecto en la población adulta, pero pudiera servir para los niños y preadolescentes. Es allí donde debemos también dar la lucha por la libertad de expresión e información.

–Hay otro aspecto aparte de esta ley, como es la censura. ¿Cómo evadirla en medios que han sido adquiridos por anónimos afines al gobierno?
–Diciendo lo que no quiere que se diga, denunciando estos actos a través de organizaciones democráticas, que las hay y bien preocupadas por lo que está pasando en el país. Por eso los periodistas tenemos una tarea importante en estos tiempos: decir las cosas que no quieren que se diga. Para eso se requiere entonces la formación profesional, no la formación ideológica. Tenemos que leer el libro de Castillo del Pino: “La incomunicación del capitalismo”, que vivió los 40 años de la dictadura de Franco y sin embargo escribió todos los días entre líneas en contra de la dictadura.

–Están también las manifestaciones pacíficas…
–Yo lo que vi de positivo en las protestas de febrero a junio, inclusive de las guarimbas, es que nos sirvió para denunciar ante el mundo lo que estaba pasando en Venezuela. Y ese proceso dio a conocer que aquí no está funcionando la democracia ni hay independencia de los poderes públicos; como tampoco es verdad que las elecciones son limpias; y que se están violando los derechos humanos y estos no prescriben y el mejor ejemplo es el dictador Pinochet, quien fue juzgado en La Haya por violar los derechos humanos

EL BARRANCO

Un diputado, por ganarse la bondad del oficialismo, pretende eliminar la preparación universitaria de los periodistas. Vuelve los ojos al pasado. Suena lógico, si pretenden aplicar el socialismo del siglo XIX, ¡perdón del XXI! Las teorías, fantasías y demás elucubraciones políticas del señor Marx, ni sirven, ni funcionaron. Son temas anacrónicos. La muerte del socialismo, la anunció Fidel Castro, en conversación con la colega Davis en el canal de la revolución. Pero, ¡oh sorpresa! Ninguno de los revolucionarios venezolanos, parece que lo oyó. Pretender pasar una mal llamada Ley de la Comunicación Social, planteando una discusión que está fuera de lugar y tiempo, es el colmo. Los necesarios estudios de los periodistas-comunicadores, no están en discusión. Fue hace 68 años, antes de decretarse la primera escuela de periodismo que hubo la polémica, si el periodista nace o se hace. Pero, ¿Qué saben de estas cosas, gente, cuyo único fin es acabar con El periodismo independiente? ¿Qué puede importarles a quienes sacaron de nuestra primera industria más de 20.000 técnicos, ingenieros, profesionales de toda especie, formados por el país y para Venezuela, con la finalidad de volverla “roja, rojita”, que sean ignorantes quienes manejen los medios del estado y, de paso, también los privados?

GLORIA CUENCA

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