En un movimiento igual al de Chacao/Sucre- Crimea fue cedida a Ucrania
ADOLFO P. SALGUEIRO | EL UNIVERSAL
sábado 22 de marzo de 2014 12:00 AM
El caso Crimea presenta diversas facetas para el análisis y a lo mejor alguna lección para reflexionar. La rápida sucesión de eventos que desembocaron en el referéndum que resultó en la "independencia" de Crimea ilustra la multiplicidad de aristas que pueden presentarse cuando existen situaciones de fuerte tensión política en un país. ¿Quien hubiera pensado hace uno o dos meses que las protestas en la plaza Maidan de Kiev irían a desembocar en la actual situación?
En el caso en cuestión se contraponen dos principios igualmente básicos del derecho internacional: a) la autodeterminación de los pueblos y b) la integridad territorial de los Estados. Nadie duda que la autodeterminación reviste el carácter de derecho fundamental y que ignorarla es fuente segura de problemas pero tampoco puede pasar inadvertido el hecho de que vertiginosos acontecimientos políticos como los vividos en Ucrania no pueden servir de base para la desmembración de un Estado miembro de la comunidad internacional que -además- tiene sus fronteras reconocidas por su vecina la Rusia añoradora de su pasado imperial que hoy instiga y propicia la secesión.
Si uno se pone a ver el caso pudiera asemejarse al ocurrido con la América colonial cuando España, para su mejor eficiencia, resolvió la división administrativa de nuestro continente en Virreinatos y Capitanías siendo ello entonces un problema "interno" de su imperio que después de siglos resultó en roces y guerras entre aquellas unidades devenidas luego en países independientes. Igual pasaría con la división del otrora Distrito Sucre del estado Miranda al que se le quitó Chacao convirtiendo a éste en el municipio más rico de Venezuela y restando la principal fuente de ingresos a Sucre, el más populoso y pobre. ¿Qué tal si mañana tal decisión se dirimiera como una disputa entre estados soberanos?
Lo mismo pasa con Crimea que casi siempre formó parte de Rusia hasta que en 1954 -en un movimiento igual al de Chacao/Sucre- fue cedida a Ucrania dentro del marco del derecho soviético del cual tanto Rusia como Ucrania fueron parte hasta la disolución de la URSS en 1991. Ahora -como vemos- aquella decisión y sus consecuencias se convirtió en un espinoso asunto internacional que hace peligrar la paz.
¿Qué diríamos nosotros venezolanos si mañana los yanomamis de Amazonas o los pemones de Bolívar resolvieran invocar la autodeterminación para unirse a Brasil separándose de Venezuela? Las tribus esgrimirían su derecho a la autodeterminación y el resto de nosotros invocaría el derecho a la integridad territorial, aun pasando por alto que nuestra propia Constitución, en su artículo 14 (incorporado en 1999) contempla expresamente que Venezuela podrá aceptar territorios que por libre determinación de sus habitantes decidan incorporarse a la República y sean aceptados por la Asamblea Nacional. Como se ve, la salsa para el pavo no es igual que la de la pava.
Por eso es que en estas cuestiones hay que informarse muy bien y pensar mucho antes de tomar posición.
apsalgueiro@cantv.net
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