Para guardar las formas

Tal Cual

Desde que se conoció el pasado martes el fallecimiento del presidente Chávez todo ha sido maratónico. Chávez estaba acostumbrado a hablar horas y horas. Su cuerpo recorrió por siete horas las calles de Caracas, desde el Hospital Militar hasta la Academia Militar y allí ha permanecido en capilla ardiente las 24 horas del día

DAYIMAR AYALA ALTUVE

Desde que se conoció el pasado martes el fallecimiento del presidente Chávez todo ha sido maratónico. Chávez estaba acostumbrado a hablar horas y horas. Su cuerpo recorrió por siete horas las calles de Caracas, desde el Hospital Militar hasta la Academia Militar y allí ha permanecido en capilla ardiente las 24 horas del día.

Los funerales, previstos inicialmente para tres días, se extendieron por siete más con la anuencia de sus familiares y ahora estará "para siempre" conservado tras ser embalsamado.

Las ceremonias de velatorio y entierro de Estado fueron solo para guardar las formas, para dar un adiós simbólico, ya que embalsamado existe la posibilidad de que las personas peregrinen por siempre frente al féretro de cristal que prometieron para él.

Pero no solo los actos correspondientes a su velatorio se han extendido, también lo que deben hacer quienes lo siguieron en vida.

En recorrido por el paseo Los Próceres la gente relató que no les importó las 14 horas de viaje, desde San Cristóbal a Caracas, solo por "verlo una última vez" o las siete horas desde Portuguesa; sumado a esto pasaban hasta siete horas en cola para ver por unos pocos segundos el féretro presidencial.

El acto de Estado en el que los mandatarios y diplomáticos presentaron sus respetos a los dolientes de Hugo Chávez, duró tres horas, para después continuar con el velorio "popular".

Afuera, el pueblo debió esperar que los presidentes se retiraran y entre empujones y un inclemente sol, hacían seguimiento al acto por pantallas gigantes dispuestas a lo largo del paseo Los Próceres.

DE LO TERRENAL A LO DIVINO 

La vida de Hugo Chávez estuvo rodeada de divergencias con las religiones, al menos con la católica tuvo serias diferencias a principios de su gestión de 14 años. Siempre hablaba de Cristo, del Señor y el Padre y en alguna oportunidad confesó que era cristiano; aunque para su enfermedad se usaron desde rituales chamánicos hasta de santería para pedir sanación.

Ahora que murió sus exequias las encabezaron un monseñor, un pastor evangélico y un reverendo estadounidense que pedían por la elevación del espíritu del mandatario.

Los simpatizantes de Hugo Chávez no descartan que llegue a los altares, o al menos ese es su deseo. En la cola para ver el féretro del fallecido presidente, Ramón Bolívar tenía un cuadro pintado por él. ¿La imagen? Chávez en una nube con rayos celestiales extendiendo su mano a Venezuela.

Bajo un árbol dos señoras, con oraciónn mano, pedían a Dios que Chávez convierta desde el cielo a Venezuela en la potencia que quería. Frases como: "Él siempre nos acompañará", "Chávez no nos abandona", "Chávez vive, la lucha sigue", son algunas de las consignas que se han acentuado con la muerte del presidente.

LOS AMIGOS Y LOS QUE NO 

Unas 55 delegaciones internacionales asistieron a la ceremonia de Estado de Hugo Chávez, según información oficial. Quienes hicieron relaciones personales, más allá de las comerciales, con la gestión del mandatario fallecido, llegaron de primeros. Cristina Fernández, de Argentina, Evo Morales, de Bolivia y José "Pepe" Mújica, de Uruguay, arribaron la mañana siguiente que se anunció el deceso.

Los demás, a cuentagotas y de acuerdo al tiempo que ameritaba su ubicación geográfica. Fidel Castro, mentor ideológico de Chávez, no asistió, vino su hermano Raúl Castro, ésto pese a que la mayor parte de la convalecencia del presidente la pasó en Cuba.

Dictadores como Aleksandr Lukashenko y Teodoro Obiang asistieron a las exequias y otros como el príncipe Felipe de Borbón o el presidente Sebastián Piñera de Chile, que fueron por el cumplimiento del deber. En un solo sitio había grandes diferencias en cuanto a ideología y de formas de gobierno.

FUERA DE PROTOCOLO 

En vida, Hugo Chávez siempre rompió el protocolo, quería ser uno más del pueblo, que la gente viera que era como ellos pero con poder. Abrazaba a la gente, salía del anillo de seguridad y ponía a correr a todo el mundo. Sus funerales no escapan a esa realidad.

El protocolo de un funeral de Estado que debe conservar la solemnidad se rompió en varias ocasiones. Cristóbal Jiménez, cantante de música venezolana, interpretó las canciones preferidas de Chávez.

Constantemente los asistentes a la ceremonia aplaudían pese al dolor de los familiares y las consignas políticas como "Alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina" y "Uh, ah, Chávez vivirá" se manifestaron

HEREDERO EUFÓRICO 

Además de quienes hicieron los oficios religiosos, Nicolás Maduro fue el único que habló en la ceremonia de Estado. Agradeció a los asistentes y en nombre de la familia Chávez dijo: "Nosotros, en su nombre, perdonamos a quienes lo injuriaron, este libre de toda culpa Comandante".

Maduro, el hombre que el mismo Chávez ungió como su heredero político hace poco más de tres meses, prometió seguir el testamento de Hugo Chávez. A su juicio, el legado del mandatario es el cumplimiento del programa socialista 2013-2019 que todavía estaba en ampliación. "Nos dejó cinco tareas históricas, perfectamente cohesionadas y democráticas. Tenemos que ser una gran potencia", sentenció el ahora presidente encargado.

Maduro recordó que Chávez les preguntó en varias oportunidades ¿Qué van a hacer ustedes cuando yo me muera? algo que sus colaboradores no querían ni escuchar y menos imaginar.

El vicepresidente arrancó su campaña adelantada, habló de todo lo que hay que hacer y de la lealtad de los hombres y las mujeres de Chávez.

"Comandante, misión cumplida. Hasta la victoria siempre comandante", sentenció como palabras finales, Nicolás Maduro. Aunque en realidad no es un adiós, estará más tiempo expuesto en capilla ardiente y otro tanto.