López: "Es una cobardía la forma en que involucraron a mi madre"

" Cuando Manuela dijo: ¿"mami, qué va a pasar con mi papá"? supe que no podía preservar a la familia" "Maduro carece de liderazgo y facultades para ser reconocido como Comandante en Jefe de la Fan"

Lepodo López advierte que aunque Maduro pretende imitar a Chávez hasta en el control de los poderes, hay resistencia en algunos organismos, incluyendo la FAN FERNANDO LLANO/AP

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EL DESCONTENTO MILITAR

ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
domingo 3 de marzo de 2013 12:00 AM

En el umbral de una privación de su libertad, que puede incluir, a Antonieta Mendoza, su mamá, Leopoldo López no se arredra y se declara listo para enfrentar la cárcel, reconfortado por el apoyo de toda su familia y una fe inquebrantable en que "tarde o temprano vamos a gobernar".

-¿Qué suerte puede correr tu mamá en este proceso en el que te has visto envuelto?

-Es una injusticia involucrar a la familia en la diatriba política. Entiendo los riesgos que asume cualquier dirigente cuando participa en una contienda elevada de temperatura y más en las circunstancias que vive Venezuela. Pero creo que en este caso el Gobierno sobrepasó la raya y es evidente que no tiene límite en el terreno del asesinato moral.

-¿Sólo moral?

-Para destruir a sus adversarios el Gobierno utiliza varias herramientas de manera simultánea. Primero, las destituciones (de titulares de cargos de elección popular), con casos que inventa y sin sustento legal. Segundo, está la violencia física, a la que también he estado expuesto, luego de dos intentos de homicidio y de un secuestro. Y el tercero, siempre presente, el asesinato moral, que intenta liquidar al adversario con mentiras que ni siquiera pueden ser refutadas ante el sistema de justicia porque los tribunales no aceptan las denuncias en esos casos.

-¿Cómo encaja en esto la imputación de tu mamá?

-La manera en que han involucrado a mi madre es cobarde. Pretenden dañar a las personas metiéndose con su familia. Pero su reacción me ha dado mucha fortaleza. Desde el momento de conocer la imputación se ha comportado con admirable entereza a pesar de la forma en que se ha actuado contra nosotros.

-¿Cómo han actuado?

-El 15 de enero Maduro (Nicolás) da una instrucción, en cadena nacional, para que se actúe en contra nuestra. Tres semanas después, a las diez de la noche de un viernes, llegan a mi casa dos sujetos, vestidos de negro, en una moto, para notificarme de las dos imputaciones. Ese detalle indica la intención de amedrentar e intimidar.

-¿Cómo recibió tu mamá la noticia de que estaba citada por las Fiscalía?

-La respuesta fue inmediata: "¿Cuándo y dónde nos presentamos? No tengo nada que temer, no hay nada que esconder. Más bien hay que sacarlo todo a la opinión pública para que se conozca la verdad". Lo cual es cierto porque han auditado hasta el cansancio y siempre la conclusión ha sido la misma: no hubo daño patrimonial, el proyecto se ejecutó satisfactoriamente, se eligieron más de 400 jueces de paz, se llevó el programa "Educando para la Justicia" a más de cien escuelas, se realizaron los talleres, tal cual estaba concebido y se recibió felicitaciones de los auditores (tanto los internos de PDVSA, como los contratados).

-Una de estrategias de los regímenes totalitarios, sobre todo del soviético, para reducir moralmente a los disidentes, era hacer lo propio con la familia. Eso nunca ocurrió en Venezuela y hasta Gómez respetaba a la familia de sus adversarios. Esa novedad, meterse con tu familia, ¿no resulta un freno para llegar, como, has dicho, hasta las últimas consecuencias y enfrentar, incluso, un eventual carcelazo?

-Yo soy un perseguido político y mi familia también. Mi madre ha sido vinculada de manera cobarde. Mi padre (Leopoldo López Gil) tuvo prohibición de salida del país por varios años. Hemos sido hostigados por diferentes organismos del Estado, el Seniat, entre otros. Está claro que hay un acoso contra mi familia por mi actuación política. Pero gracias a Dios ha sabido mantenerse cohesionada y con muchos respaldo. Doy gracias a Dios por la fortaleza de mi padre y de mi esposa (Lilian Tintori).

-Además, están los chamos, (Manuela y Santiago).

-En estos día hablaba con Lilian sobre el caso y Manuela, de tres años y medio, que es muy pilas, escuchaba las preguntas de Lilian: "¿Qué puede ocurrir? ¿Te meten preso?" Pero luego de irme Manuela le preguntó a Lilian:"Mami, ¿qué es eso de la Fiscalía y a dónde tiene que ir mi papá?". Cuando Lilian me contó, caí en cuenta en algo que no había considerado antes: Debo hacerle, a mi hija, de tres años y medio, un relato político acerca de lo que está pasando y no me queda otro camino sino planteárselo en términos básicos: entre buenos y malos, entre quienes luchan por el bien y quienes lo hacen por el mal, quienes promueven la justicia y quienes la injusticia. Pero, cuándo Lilian me comentó lo que dijo Manuela ("Mami, ¿qué le va a pasar a mi papá?), comprendí las implicaciones y la imposibilidad de mantener a la familia aislada de este conflicto.

-¿No te crea, a su vez, el conflicto de quien se debate entre su condición de padre, que se debe a sus familia y la del dirigente político con una responsabilidad ante el país?

-El dilema entre dos niveles de responsabilidad lo ha resuelto mi esposa, quien ha sido plenamente solidaria y está consciente de lo que estamos enfrentado. De hecho, estaba preparado para quedar preso el jueves (comparecencia ante la Fiscalía) porque el Gobierno no va a lanzar una imputación como simple trapo rojo. Creo que la real intención del Gobierno es una privativa de libertad, con este y otros casos y Lilian igualmente estaba lista para enfrentarlo. Eso me da mucha fuerza: tener una mujer y una familia que me respaldan y se conviertan en soporte antes que en un peso, estimulándome a perseverar en la lucha.

-Visto desde el ángulo político, ¿no formas parte de un grupo de dirigentes que se pretende anular para descabezar a la oposición?

-Eso está planteado. Anular selectivamente a quienes tienen la capacidad de enfrentar la mentira del Gobierno y de organizar a esa mitad de venezolanos descontentos con el Gobierno y necesitados de una orientación que articule una posición.

-Van por ti, por Pablo Pérez, por Falcón y por lo diputados de Primero Justicia. ¿Se atreverán con Capriles?

-Todo el mundo tiene su numerito en la carnicería y espera su turno. Pero el carnicero puede llamar al 46 cuando el número debe ser el 19. Y eso es así porque el carnicero dice: "esto lo manejo yo y llamo a quien quiera". De esa persecución nadie escapa porque es una necesidad que tiene el Gobierno.

-¿Puede alguien como Maduro manejar a su antojo los poderes al estilo Chávez?

-Creo que no. El está estirando la liga en sus imitaciones de Chávez en todos los terrenos. Pasa lo mismo en el caso particular de mi imputación, cuando exhortó a la Fiscalía para que abriera la averiguación.

-Y le hicieron caso.

-Sí, pero con un desgaste evidente. Lo que he percibido, por distintas fuentes, es que hay descontento con ese tipo de manejo de los poderes públicos. Hay inconformidad, por ejemplo, en la Fuerza Armada y otros organismos, por el secretismo con que se ha manejado la enfermedad del Presidente.

-¿Quieres decir que llegará el momento en el que los poderes controlados por Chávez dejen de obedecer "las órdenes" de Maduro?

-Las dinámicas cambian y la manera como se relacionaban los poderes públicos con Chávez puede sufrir una transformación. Eso tiene consecuencias y nuestra responsabilidad es desnudar al Gobierno, sus mentiras, su abuso de poder Ahora, eso implica un riesgo y en mi caso no descarto que el Gobierno termine de dar el zarpazo y me meta preso.

-Si eso ocurre te anulan políticamente.

-Hay que asumirlo. Lo contrario es darle la razón al Gobierno y dejar sembrar la duda. Importante es la certeza de que estamos haciendo las cosas con la verdad. Y si no tengo rabo de paja, tampoco temo acercarme a la candela.

-Igual, sin rabo de paja, lavandera quema.

-Te puede dañar, pero si no te acercas no suceda nada, el Gobierno nos deja congelados, sin ningún tipo de reacción ni la fuerza moral para agitar la conciencia del país.

-¿El progresivo cierre de los espacios democráticos no hace ya imposible la generación del cambios político? ¿Qué le quedará a la gente cuando toda la dirigencia sea neutralizada?

-Queda la calle, la protesta, enfrentarnos, oponernos. De eso se trata la lucha política. No es sólo participar en los escenarios electorales, sino prepararnos para dejar en evidencia la mentira del gobiernos y convertir nuestro relato de lo que ocurre en una propuesta que logre aglutinar a la gente.