Libros en blanco

Es hora de que se acaben las licencias y Maduro responda por su ineficiente suplencia

ARMANDO BRIQUET |  EL UNIVERSAL
domingo 3 de marzo de 2013  12:00 AM

Así terminó la presentación de la Memoria y Cuenta que hizo el vicepresidente Nicolás Maduro ante la Asamblea Nacional para, supuestamente, demostrar y justificar la acción de gobierno del año 2012. Terminó consignando libros en blanco, páginas vacías. Vacías porque en ningún espacio de esos tomos aparecen explicaciones sobre la vida que estamos teniendo en este momento los venezolanos.

Más de tres horas, que no sirvieron para nada, salvo para cansarle las piernas al vicepresidente, según consta en el registro de los videos de su alocución. La imitación volvió a salirle mal. No cumplieron el objetivo de propaganda para tapar la realidad. El venezolano siguió enfrentándose a lo que ha sido este gobierno los últimos años: una inseguridad que no distingue zona de la ciudad u horas del día; una inflación que desvanece cada vez más los sueldos; apagones diarios que merman la calidad de vida del pueblo, especialmente de los que están en el interior del país; una escasez cada vez mayor de los productos que buscamos en los mercados. En fin, un desgobierno.

En esas resmas de papel en blanco empastadas se debieron escribir varias cosas, dar las debidas explicaciones, brindarnos muchas respuestas. Vamos a citar algunos ejemplos por cuestión de espacio. Si nos extendiéramos seguro le daríamos más utilidad a las resmas de papel que se desperdiciaron el jueves en la AN.

207 oficiales de policías fueron asesinados entre enero y octubre del año pasado, las personas que fueron asesinadas en refugios de damnificados, la inflación que sobrepasó lo que habían inventado en el presupuesto del 2012, el incremento voraz de las importaciones que han acabado con el sector productivo venezolano, la merma de la producción petrolera, los salarios de hambre del sector universitario, el abandono de la industria del aluminio, la persecución a líderes de oposición, y un largo etcétera que sabemos no darán respuesta. Si somos más exigentes, como debemos ser siempre ante quienes están en el poder, y hacemos recuento de las promesas incumplidas como el Materno Infantil del Valle en Caracas, el metro de Valencia, el puerto de aguas profundas del Zulia, o la Central Hidroeléctrica en Barinas, la lista de respuestas que nos deben dar se torna interminable.

Es mucho lo que se ha dicho en 14 años, y muy poco lo que se ha hecho. Es hora de que se acaben las licencias y Maduro empiece a responder por su ineficiente suplencia. Sabemos que no es ni siquiera buen orador, por eso apela a los insultos, y tampoco eso le sale bien. Es momento de callar y ponerse a trabajar. El trabajo nos incluye a nosotros también. Cumplir nuestro papel de contralores, pedir respuestas y exigir.

armando.briquet@gmail.com