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martes, 13 de noviembre de 2012

La aplicación del totalitarismo en Venezuela

Ahora pretenden establecer formas totalitarias de gobierno que no han logrado imponer en 14 años

ROBERTO GIUSTI |  EL UNIVERSAL
martes 13 de noviembre de 2012  12:00 AM


La maraña jurídico legal que implica las leyes que impulsan la denominada Comuna, plagada de contradicciones, vacíos y cabos sueltos, augura un seguro fracaso en su aplicación. La democracia participativa, directa o como quiera llamarse, resulta la gran tapadera para liquidar el proceso de descentralización política y administrativa iniciado a finales de los años 80 y que permitió descargar de atribuciones a un poder central todopoderoso e ineficaz, cuya peor expresión se materializó, en esos mismos años 80, con la designación, por parte del Presidente, como gobernadores de estado, de los secretarios generales de AD.

Clientelismo, corrupción y descuido de las responsabilidades contraídas con unas comunidades privadas del derecho de elegir a sus gobernantes más inmediatos, que sólo debían rendirle cuentas al huésped de Miraflores, fueron una de las causas finales del derrumbe del sistema político conocido hoy en día, por algunos estudiosos, como la República Civil. Y si bien Carlos Andrés Pérez comprendió la urgente necesidad de impulsar un cambio en el equilibrio de poderes, democratizando la elección de gobernadores y alcaldes y cediéndoles competencias en áreas que les eran propias, poder regional, la solución llegó tarde y ya la peste del golpismo se expandía y contagiaba a casi todo el país.

Ahora, escudados en los resultados del 7 de octubre vienen con todo para imponer lo que ya se aplicó en la URSS de Lenin, bajo la forma de la dictadura del proletariado y que derivó más bien en la dictadura genocida de Stalin o en la denominada revolución Cultural china, impulsada por Mao Tse Tung, cuyos desatinos y barbaridades compendia en libro estremecedor (Cisnes Salvajes) la escritora y exmédica descalza Jung Chang.

Marx, Engels y Lenin se entusiasmaron con la Comuna de París, fugaz episodio de rebelión popular que luego tomaron como presunto modelo y cosa extraña, a contracorriente de su actitud de imponer a la realidad su teoría, los dos primero modificaron el texto del Manifiesto Comunista para darle paso a lo que fue una verdadera masacre donde habrían muerto más de treinta mil personas.

Ahora por la vía cubana, tomada de la soviética, sobre la base teórica de Lenin, ("El Estado y la Revolución") quieren imponerla (y esto sí es una novedad) "democráticamente" para acabar, precisamente con la democracia. Pero como los procedimientos, que incluyen la desaparición del voto universal y secreto, son tan complicados y la entelequia de un poder que la vez es Legislativo y Ejecutivo, parece inaplicable, lo que se busca es el establecimiento de un férreo y absoluto centralismo, sobre el cual asentar las forma totalitarias de gobierno que, después de 14 años, no han logrado imponer en el país.

@rgiustia

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