No obstante, ante este desolador balance, las reservas morales, la capacidad de sacrifico y resistencia, la creatividad y sentido del esfuerzo del venezolano parecen ilimitados y heroicos
HERNÁN CASTILLO
En cuanto al chavismo como modelo es el resultado de su ineficiente y corrompida gestión basada en el miedo, la pobreza, el despilfarro de los ingresos petroleros y la militarización de la sociedad y el Estado. A ellos no les queda mucho tiempo de vida. También tenemos una sociedad y un país desvencijados en su infraestructura física e institucional y deformados en sus valores fundamentales e idiosincrasia espiritual e identidad cultural. En materia de geopolítica internacional, Venezuela fue colocada entre los enemigos de la civilización occidental.
No obstante, ante este desolador balance, las reservas morales, la capacidad de sacrifico y resistencia, la creatividad y sentido del esfuerzo del venezolano parecen ilimitados y heroicos. Durante estos años no se ha podido doblegar su voluntad democrática, espíritu libertario y de justicia social. De tal manera que al fragor de la lucha ha venido emergiendo una nueva clase dirigente renovada, sólida y clara sobre los objetivos, orientación y naturaleza de los retos que tiene Venezuela, liderizada por Capriles y el equipo de la unidad nacional.
De ahora en adelante, la lucha consiste en comenzar a crear un conjunto de condiciones que permitan la minimización de los factores que incubaron el atraso de Venezuela. Si otras sociedades con enemigos mortales, en contextos internacionales hostiles, sin los recursos humanos, naturales y financieros de Venezuela han logrado el desarrollo, ¿por qué nosotros los venezolanos no podemos garantizarle el futuro a las nuevas generaciones en paz, orden, libertad, prosperidad, seguridad, tolerancia, respeto a los derechos humanos y democracia? Se trata de comenzar a echar las bases de la modernización económica, cultural e institucional de la nación. Se trata en definitiva de iniciar la construcción de una real fuerza de trabajo nacional competitiva, a la altura de las exigencias del mundo moderno productivo.
El desafío está en orientar todos los esfuerzos hacia la formación de un recurso humano y una fuerza de trabajo calificada. El fracaso social de la democracia política venezolana ha estado en su incapacidad para crear un sector empresarial y una clase obrera industrial, agraria y de servicios, modernos. Es la única forma de erradicar la pobreza y crear riqueza, conjuntamente con el fortalecimiento y autonomía de la estructura institucional y una correcta aplicación de la ley para crear una sociedad de progreso y de trabajadores productivos. Ese es el balance y desafíos que tenemos en Venezuela.
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