La masacre de los yanomamis no es descartada aún por la ONG, pero sí por el Gobierno. A 200 años de la independencia de Venezuela, mineros ilegales de Brasil siguen apostados en el territorio
KEILYN ITRIAGO MARRUFO
La investigación emprendida por parte del Ministerio Público y del Ministerio de Pueblos Indígenas que terminó con la conclusión de la falsa matanza de 80 yanomamis vino a empeñarse con acusaciones de saboteo y de negligencia pues se dice que nunca llegaron al supuesto sitio del siniestro.
NO HAN DADO CON EL SHABONO
En la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, explicaron que ciertamente la comisión de Caracas llegó a un shabono que se llama Irotatheri. Sin embargo, apuntaron que hay una pequeña duda porque las poblaciones indígenas presumen que hay otra comunidad con el mismo nombre, de modo que ésta pudo haberse dividido. Luis Shatiwe, quien fue el denunciante inicial y también estuvo en la expedición, no pudo conseguir pruebas con suficiente peso para que la comisión se moviera a otra parte. Se negaron y no quisieron entender la acostumbrada movilidad de los indígenas de un territorio a otro, pues no renuncian a su condición de nómadas.
El diputado Andrés Álvarez, miembro de la Comisión de Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional, sigue firme con sus denuncias de boicoteo por parte del general Clíver Alcalá Cordones, y la ministra de Pueblos Indígenas, Nicia Maldonado, supuestamente montaron una mampara para culminar instantáneamente la averiguación.
El parlamentario dice que estuvo tres días en Puerto Ayacucho, investigó y conversó con funcionarios de la Guardia Nacional, y éstos le confesaron que Alcalá ordenó a los militares hacer caminar días enteros a la comisión para que, metidos en coordenadas distintas a las del sitio de losacontecimientos, esta desistiera por cansancio.
ORO POR MISERIAS
Un informante le dio copia a Álvarez de las coordenadas de Momoitheri, Ushishitheri, Hocomawethery, Toporiwethery, Oroshi- thery, Yawarahithery, por donde transitaron los comisionados y todas correspondían a los ejes reales, salvo la de Irotatheri.
"Hasta que un nuevo grupo verificador le hable al país con pruebas válidas, las dudas no cesarán", apunta Álvarez. Pero, sus acusaciones sobre la esclavitud de los yanomamis por parte de los garimpeiros sí están claras. Afirma que son explotados terriblemente a cambio de simples prendas de vestir o alimentación deplorable.
Tiene fotos en donde puede evidenciarse que en lugar de guayucos los indígenas tienen pantalones y camisas con nombres escritos en brasileño. Algunos indígenas incluso tenían tatuajes en los brazos, cual ganado, que se presume corresponden a los grupos de mineros asentados.
Los integrantes de la comisión se toparon con más de una mina explotada, pese a que Alcalá dijera que la actividad minera es incipiente. Entre la selva vieron bombonas de gas de origen brasileño, unas bastantes oxidadas y otras con apariencia nueva. Esas mismas, según afirma el diputado, son lanzadas desde el aire en helicópteros y van llenas de harina y licores. "Violan el espacio aéreo venezolano porque no son detectadas por el radar de La Esmeralda que tiene un año dañado a causa de un rayo eléctrico", afirma.
También encontraron cartuchos de armas, trajes de buzo, madera finamente picada y lijada, baterías y envases de alimentos con fechas de expedición bastante recientes. En el Vicariato de Puerto Ayacucho confirmaron que hay indicios de que esta actividad está afectando la salud a los yanomamis, pues hay contaminación de las aguas por la presencia de mercurio.
La ONG manifiesta que sí es verdad que los yanomamis son utilizados por los garimpeiros, "no tanto como esclavizados pero sí engañados. Se da como una especie de trato inicial pero dominado por los garimpeiros porque ellos son los que tienen las armas de fuego. Entonces, los yanomamis toman una actitud de sumisión", afirmó la vocera.
EL VENEZOLANO ES EL EXTRANJERO
Certificó, así como lo apuntó Álvarez, que era primera vez en la historia que la Fuerza Armada iba a este territorio. Dice que los yanomamis que dominan otro idioma que no sea el autóctono, bien sea porque se han tenido que mover por el comercio o para conseguir medicinas, hablan portugués con dificultades, pero nunca español.
"Inclusive los garimpeiros le dicen a los yanomamis que no hablen con los de Venezuela porque son gente mala y los pueden matar. Entonces conseguir una declaración respecto a esto es muy difícil".
Hasta donde sabe el Vicariato de Amazonas a los yanomamis sólo se les permite la práctica de minería pero no participan. A cambio, reciben tal cual como en tiempos de la Colonia, herramientas muy simples: un martillo, un hacha, un espejito, linternas, baterías o combustible. "Eso en medio de la nada representa una gran innovación". La posición de Horonami y de las otras organizaciones indígenas es una actitud responsable y sin ninguna mala intención política, según defiende la ONG.
Ellos debían investigar y lo seguirán haciendo porque a diferencia de la cultura occidental que está acostumbrada a las pruebas empíricas, para el pueblo yanomami la palabra vale. Un mensajero informó sobre la masacre y eso tiene un peso fundamental.
LA MALDICIÓN DEL MALINCHE
En el Vicariato de Puerto Ayacucho informaron que los yanomamis confesaron tener mucho miedo de hablar. La organización Horonami está preparando un informe, que sólo podrá hacer público cuando el pueblo yanomami se lo autorice, pues así es la regla de acuerdo a los sus usos y costumbres. "También hay elementos mágico-religiosos, que hay que intentar entender y respetar. Le decían a Shatiwe que tenían miedo porque escucharon que los medios de comunicación hablaban mucho de ellos y eso podía traer enfermedades y problemas", indica la informante.
Álvarez señala que el temor de los yanomamis hay que contextualizarlo en la Maldición de Malinche, una leyenda azteca popularizada en una canción mexicana que reflexiona sobre el maleficio de brindar al extranjero su fe, cultura, pan y dinero. "Tú, hipócrita que te muestras humilde ante el extranjero pero te vuelves soberbio con tus hermanos del pueblo".
¿DENUNCIANTE AMENAZADO?
Al diputado de la Comisión de Pueblos Indígenas le llama mucho la atención que Shatiwe haya cambiado su actitud desde que denunció la supuesta masacre y estuvo retenido durante 8 días. "Es muy difícil saber si pasó algo que lo haya hecho declinar o bajar la guardia. Él mantuvo una posición muy firme ante las autoridades militares, porque de hecho no lo querían llevar, en un momento le dijeron que no cabía.
Él dijo que tenía que ir porque de lo contrario Horonami no creería. Confesó que tuvo miedo en muchas ocasiones, pero se mantuvo e hizo su trabajo. Sí se vio más introvertido, pero la presión a la que estuvo sometido fue fuerte, de parte del Ministerio de Pueblos Indígenas y de la Fuerza Armada. Solo la actitud era intimidante", confiesa la vocera del Vicariato Apostólico.


No hay comentarios:
Publicar un comentario