SAÚL UZCÁTEGUI/TALCUAL
Aristóbulo es el jefe de campaña de Chacumbele en Miranda. Por allá lo vieron haciendo casa por casa y salió desde medio caceroleado hasta ignorado. Es que nadie le para a un candidato de volante y un "entregador" de papeles, cuando en paralelo tiene a Henrique Capriles pisando calles y más calles, tocando pueblo. Habrá que preguntarle a Aristóbulo con qué se come una campaña sin candidato. Por ahora lo vemos dando una respuesta culinaria, buscando el voto de quienes son y habitan en Los Teques, la capital del estado Miranda, ese mismo donde Diosdado perdió humillantemente ante Capriles en 2008. Por cierto que el chavismo tampoco tiene mucho que buscar en Petare donde ha ido de paliza en paliza. Pregúntenle a Jorge Amorín, si lo encuentran. Aristóbulo traga grueso.
NI DERECHOS NI LEY QUE VALGA
CRISTIÁN HERNÁNDEZ/ARCHIVO
Dice una vieja y manida frase que "mis derechos terminan donde comienzan los de los demás". Aquello no se aplica en las construcciones de la Misión Vivienda. Allí tienen la avenida libertador como ejemplo: las aceras se usan para materiales de construcción, quitándole el espacio a los peatones y hasta un canal a los vehículos. Bloques, cabillas, cemento, tierra, maquinaria, de todo hay en el espacio público. Es un irrespeto más de quienes se inventaron eso de meter a la fuerza edificios en terrenos chiquiticos sin importar más nada: ni el espacio necesario para el desarrollo de la obra, ni el derecho de peatones, conductores y vecinos. Quién sabe cuántas leyes, normativas y ordenanzas están violando. Pero vaya, que lo haga un privado para que a ese sí le caiga todo el peso de la ley encima por "obstaculizar" las vías. La ley del embudo del abuso rojo.
LA COSA ES PEOR ENTONCES
Menos mal que el candidato de la Unidad es "la nada". Si siéndolo se la pasan desmintiéndolo, tratando de decir que las verdades que lanza no son tales, imagínense si fuera "algo". En eso andaba la ministra de Educación Superior Yadira Córdoba en un programa de radio de una emisora gobiernera, y cuando le preguntaron por los 4 millones de venezolanos que se acuestan todos los días sin comer, en la más brutal pobreza que el Gobierno nunca acabó, la funcionaria se enredó toda. Quiso decir que eran 400 mil familias, pero habló de 4 millones de familias. Es decir, que no son ni 4 millones de individuos sino de grupos familiares. Tremendo boche, Yadira.
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