Un mausoleo vital

JAIME BELLO-LEÓN - Tal Cual

Cuando uno transita por la calle del Hospital Vargas, de Caracas, a la derecha ve las casas en estado ruinoso; a la izquierda, puede verificar la pésima situación en la que se encuentra el que debería ser el mejor hospital universitario del país. Al fondo, sobresale una estructura que se asemeja a una pista de patinaje, blanca como una ballena, sinuosa; sin duda, costosa, opulenta. Se trata de la obra emblema del gobierno del Presidente enfermo: el mausoleo.

En el Hospital Vargas hay pabellones con filtraciones, con fallas de todo tipo; la emergencia atiende en horario restringido, con carencias básicas, con personal escaso, con atracos. En fin, un hospital que no está en capacidad de garantizarles la vida a los pacientes. Hace unos años, la lista de estudiantes aspirantes a los estudios de postgrado era infinita; hoy no hay aspirantes en listas de espera porque el deterioro no garantiza ya una buena formación. Pese a los míseros sueldos, los docentes resisten con mística y vocación, con ética y con un profundo sentido del deber para que la Escuela de Medicina José María Vargas no desaparezca.

Los enfermos que logran sobrevivir al "sistema de salud revolucionario" deben esperar meses para ser atendidos y tratados, comprando ellos mismos los insumos y pagando en centros privados por exámenes que antes el hospital proveía gratuitamente, pero cuando uno va camino al hospital puede ver cómo avanzan las obras del faraónico esperpento, el mausoleo.

¿En qué cabeza cabe que Venezuela necesita un nuevo templo para la adoración de los huesos de Bolívar? ¿Hasta dónde la patología bolivariana va a perseverar en la manipulación con los benditos restos del "Padre de la Patria"? ¿Cómo puede ser tan irresponsable este gobierno que se ocupa de la construcción de un innecesario mausoleo mientras los hospitales emblemáticos se están cayendo a pedazos? A esta revolución lo que le interesa es la muerte; la promueve, no solamente en el plano simbólico sino en el cotidiano, al extremo de que despilfarra quién sabe cuántos millardos de bolívares en un espantoso adefesio, mientras a los viejitos los rebotan de banco en banco y no les pagan la mísera pensión y los pacientes que logran entrar a los hospitales se mueren de mengua porque no tienen cómo pagar los medicamentos y procedimientos.

Al tiempo que el Presidente enfermo y sus ministros se ocupan de que fluyan los recursos y materiales para el estrafalario mausoleo de Bolívar, cada 30 minutos muere un venezolano en manos del hampa.

@jbelloleon