OSCAR Y SU FÁBRICA DE ENCUESTAS

ELIZABETH ARAUJO - Tal Cual

Un vecino, empleado de VTV, me aborda en el estacionamiento y, con esa voz que asumen los espías, me cuenta que siempre se tropieza con Oscar, vagando entre pasillos y departamentos, con la orden "de arriba" de ser atendido, mientras le buscan una oficina. Oscar no forma parte de la nómina del canal, como sugirieron el domingo, atribuyéndole derechos laborales tipo cestatickets y pagos de horas extras. Pero eso a Oscar no lo molesta en lo absoluto. Al contrario, como tiene la piel dura (caretable, dicen los chamos) y los beneficios de sus "encuestas científicas" le sacaron ya del pelabolismo en que se hallaba, el hombre goza sentándose como invitado en los espacios de opinión, para "analizar" los resultados de sus últimas mediciones, donde ¡qué pena! un 20% votará por Capriles Radonski.

Cada vez que veo en VTV a este señor, con vieja fama de calcar un Focus Group que hizo en Antímano y que barnizaba, presentándolo como hecho en Charallave o San Bernardino, para vendérselo a los partidos, me digo: así de desesperados deben estar en el chavismo.

No es para menos. Resulta que el candidato ganador de Oscar, el mismo que acusa al otro de majunche, se ha vuelto un ectoplasma. Sabemos que existe porque telefonea a VTV, su foto preside los actos del PSUV y hay días en que Diosdado asalta su imagen, se desdobla y trata de imitarlo, aunque le traicionan los malos chistes y la ausencia de anécdotas.

De modo que con un líder enfermo y una lucha intestina en el PSUV, Oscar se ha vuelto ­junto con Jesse, por favor, no lo vayamos a ignorar­ en el gurú de la campaña electoral chavista, repitiendo la quincalla publicitaria del "túnel emocional del Presidente con el pueblo" y otras monsergas que arrancan bostezos a los animadores del canal.

Así, mientras el "candidato ganador" de encuestas duerme en Cuba o se mueve por Twitter alertando al país de que sin él Venezuela será un barco sin timonel, su joven adversario prosigue con su misión: recorre los barrios y caseríos más apartados del país, aporta soluciones y deja un mensaje de esperanza. Lástima que ese estilo de Capriles Radonski, basado casi en un modelo gandhiano, que oye a la gente y le habla en voz baja, no sea del agrado de quienes aprendieron a hacer política apelando a los insultos y repitiendo los errores de los adversarios.

Lo siento por los cazadores de tormentas que se decepcionan cuando se tragan las encuestas de Oscar, ven que Capriles no le saca la madre a nadie y no asume con desesperación su camino a Miraflores.

No es que el mandado esté hecho y que Capriles Radonski se ilusiona con los abrazos de las viejitas y las fotos que las chicas se toman en los casa por casa. Sencillamente que el país cambió. Detrás de los 14 años de este último gobierno de la cuarta república, hay una ventana abierta. La gente se asoma y ve que en verdad existe un futuro mejor.