FRANCIA: RESURGE LA ESPERANZA

DEMETRIO BOERSNER - Tal Cual
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El pueblo francés ha elegido al jefe socialdemócrata François Hollande como su nuevo presidente, con una clara mayoría de 52 por ciento de los votos. Esta histórica decisión causa alegría y alienta esperanzas no sólo entre las mayoritarias capas asalariadas y medias de la población francesa, sino de Europa y del mundo entero.

Francia se ha pronunciado en contra de la política de exagerada austeridad que la mayoría conservadora de los gobernantes europeos, encabezados por la alemana Angela Merkel, está imponiendo actualmente a los pueblos de la región.

La derecha parte de la noción errónea y antisocial de que la causa esencial de la crisis económica no es la insuficiencia estructural de la demanda o capacidad de consumo, sino que se debe a fenómenos de inestabilidad monetaria que desalientan la inversión privada. Según esta visión, más preocupada por la baja de las ganancias del financista que por el masivo sufrimiento de los desocupados y pequeños empresarios en quiebra, la terapia adecuada consiste en ayudar a los ricos para que se animen a invertir y relanzar la actividad productiva, mientras los trabajadores y las capas medias acepten angustiantes sacrificios e imiten la paciencia de Job. En realidad, la experiencia vivida por el mundo desde la Gran Depresión de 1930 y la exitosa política anti-recesiva de Franklin Roosevelt a partir de 1933 indica que las medidas de austeridad 0apropiadas en tiempos de prosperidad para frenar excesos especulativos­ nunca sirven para contrarrestar una recesión, sino que su efecto es, por el contrario, el de profundizarla.

En Estados Unidos, el presidente Obama ­demócrata y discípulo de Roosevelt­ , ha resistido a las presiones conservadoras, y ha mantenido una política de suficiente defensa del empleo y apoyo al consumo para enrumbar su país hacia una perceptible recuperación económica.

Obama, y los gobernantes de los países "emergentes" (BRICS), preocupados por la política europea de auto-estrangulamiento, se sienten alentados por el resultado electoral francés. El resurgimiento, en Francia, de la alternativa de izquierda democrática significa que también en el resto de Europa se fortalecerá la resistencia a una política antisocial, y Hollande contará con masivos apoyos cuando exija, ante sus colegas gobernantes de la UE, que se suavice el rigor del "pacto fiscal" y se inicie una política de estímulo al crecimiento económico. La oposición democrática venezolana puede sentirse satisfecha, a su vez, del ascenso de François Hollande, socialista democrático moderado quien ha manifestado, en privado, su simpatía por las izquierdas democráticas de tipo brasileño, y su rechazo a falsas "izquierdas" latinoamericanas, autoritarias y radicales.