Río Cabriales luego de la incorporación del trasvase del Lago de Valencia. (Foto El Carabobeño)
Daniel Pabón | dpabon@el-carabobeno.com
El Carabobeño
Estudiar la factibilidad de paralizar la estación de trasvase del Lago de Valencia al embalse Pao-Cachinche y presentar un proyecto de drenaje alternativo hacia el mar Caribe, fueron dos decisiones aprobadas el 8 de octubre de 2010 por una comisión interinstitucional que, con la venia del Gobierno Nacional, diagnosticó el sistema hídrico de Valencia.
Finalmente no se concretó ni lo uno ni lo otro, actualizó el ambientalista José Manuel Hurtado, miembro de esa comisión que se mantuvo activa apenas seis meses. La conformaban representantes de la Asamblea Nacional, el Consejo Legislativo, los ministerios de Ambiente y Salud, la Guardia Nacional, las Defensorías del Pueblo e Internacional de los Derechos Humanos, la Secretaría de Ambiente de la Gobernación, alcaldías de Valencia y Libertador, consejos comunales, grupos ecológicos e Hidrocentro.
La consignación de este informe en el Parlamento, para la ejecución de un total de 67 propuestas elaboradas, coincidió con el fin del quinquenio legislativo pasado. El anuncio gubernamental del sábado de construir otro canal de trasvase desde el Lago en dirección al embalse recayó en una comisión de alto nivel conformada por representantes del Ejecutivo nacional y del regional aragüeño.
“No hay continuidad ni conexión entre un equipo de trabajo y otro”, lamentó Hurtado al recordar que el Frente Ecológico Regional Aragua-Carabobo, del cual es miembro, solicitó sin éxito una audiencia con el titular de la nueva comisión, Clíver Alcalá, en la que deseaban presentarle el informe de 2010 como anexo de su propuesta de trasvase a la cuenca del mar Caribe.
Afirmaciones desvanecidas
Desde 2007 el Ministerio del Ambiente e Hidrocentro instalaron un sistema de trasvase, contiguo a la planta de tratamiento de Los Guayos, que bombea agua del Lago de Valencia hacia la cuenca del Pao. Hasta 5.600 litros por segundo se vierten a la fuente de almacenamiento hídrico de la Gran Valencia (el embalse Pao-Cachinche) mezclados con el caudal de los ríos Cabriales y Paíto y sin tratamiento previo.
Razones para oponerse a la continuidad de este bombeo tuvo el 19 de julio de 2010 esta misma Comisión Coordinadora Estadal de Ambiente, Recursos Naturales y Ordenación Territorial, cuando concluyó: “El trasvase ha influido negativamente en el proceso de potabilización, en relación al contenido de aluminio en agua cruda”, como leyó el entonces parlamentario Fernando Vásquez (PSUV) en rueda de prensa. Este párrafo no aparece, sin embargo, en el informe final.
Al día siguiente de esas declaraciones las bancadas del Partido Socialista y de Proyecto Venezuela en el Consejo Legislativo de Carabobo aprobaron, por unanimidad, la propuesta de remitir un exhorto a Min-Ambiente para que cesara “de inmediato” el trasvase.
Estadísticas de Hidrocentro presentadas en agosto de 2010 por el Movimiento por la Calidad del Agua confirmaban que el nivel de aluminio en el líquido recién potabilizado en la planta Alejo Zuloaga se había disparado justo desde el mes siguiente a la inauguración del trasvase y, al menos, durante los 23 meses siguientes a ese evento. El exceso promedió 115% en ese lapso. La hidrológica nunca los desmintió. Sólo alegó desconocimiento.
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