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viernes, 20 de enero de 2012

Carabobo: Vecinos deben “acostumbrarse” a vivir entre aguas negras

En la invasión Los Cortijos caminan entre las aguas negras. (Foto Mauricio Centeno)

Axia Carvallo
El Carabobeño


Los botes de aguas negras se mantienen como un problema sin aparente solución en diferentes sectores de la Gran Valencia. Residentes de Los Cortijos, Fundación Mendoza, y alrededores de la avenida Aranzazu, han tenido que “acostumbrarse” a vivir con olores nauseabundos producto de esta situación.

En la invasión Los Cortijos, cerca del puente El Boquete, las viviendas no cuentan con tuberías de aguas negras. Por esta razón, los habitantes han construido sus propios pozos sépticos dentro de las casas, a través de los cuales se vierten los desechos directamente a la calle.

El resultado negativo se ve claramente a lo largo de la entrada de la invasión. El problema existe desde que se establecieron las familias en la zona.

Maryuri Rubio ha criado a sus cuatro hijos en esas insalubres condiciones. “Tengo una hija de un año y un niño de cuatro años que siempre se enferman porque esta agua está contaminada. Autoridades han dicho que van a solucionar el problema, y nada que lo hacen”.

La hija de un año de Yuraima Sánchez ha padecido de alergias en la piel. La dama asegura que esto es producto de las aguas negras de la zona, en la cual vive desde hace dos años. A la espera de una respuesta de organismos competentes, también construyó un pozo séptico con bloques y cauchos. “Cada quien se las ingenia como puede”, lamenta.

Yelitza González reside en la Fundación Mendoza. Desde hace un mes un bote de aguas negras corre libremente entre la calle donde vive y el patio de su casa. Dice que la reparación no le compete a la alcaldía sino a Hidrocentro. “Los vecinos que tienen niños ya están preocupados por las enfermedades que puede generarles. Entre el mal olor y los zancudos, esto ya no se aguanta”.

Otro bote de agua se encuentra en la avenida Aranzazu, entre los barrios Bolívar y El Consejo. Griseida Vásquez, habitante de la zona, está preocupada por que hay muchos niños en la comunidad expuestos a enfermedades. “No tenemos por qué vivir con esas aguas cochinas”, sentenció.

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