01-12-2011
María Carolina Lara
carolina.lara@elaragueno.com.ve
La contaminación que allí se apostó ha generado enfermedades de toda índole. Brotes en la piel y afecciones respiratorias con las patologías que se mantienen a la orden del día entre los habitantes de este sector, quienes además, deben luchar contra la proliferación de roedores que a diario invaden sus casas. Ratas, anguilas y hasta babas se pueden ver nadando en la “laguna de aguas negras” que poco a poco sumerge a la calle 5.
La deserción escolar es otra de las secuelas que genera esta situación, ya que los niños de esa calle no pueden acudir a sus escuelas, esto como añadidura a la presión psicológica a la que se ven sometidos, también los adultos, tras vivir constantemente entre aguas servidas.
Eddy Santiago acotó que “desde hace 5 meses estamos viviendo esta situación de anegación constante. El agua no baja, sigue adentro de las casas de las 50 familias que aquí residen y mientras tanto ninguna autoridad aparece por aquí. Pedimos por lo menos indemnización o una vivienda digna, porque para refugios no vamos a ir. Queremos pasar una Navidad tranquila”.
Por su parte, Yelitza Correa, señaló que “aquí cuando llueve es peor la situación. Esto es una zozobra vivir así y lo peor es que nadie viene al menos a evaluar el problema y hacer algo para solventar. Mientras, aquí vivimos enfermos y a merced de la inseguridad que nos arropa, imagínate que ya hasta han violado a algunas niñas en los terrenos que están aquí alrededor”.
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