Wilmer Castillo: "Aerotuy ha hecho labor social"
Magalys Rodríguez: en contra de las expropiaciones
Julia Marcano: "Más tarde lo harán en el pueblo"
Las casas privadas de Madrizquí -de arriba a abajo- se instalaron en el cayo a partir de 1965 gracias a permisos del Gobierno. La declaratoria de Parque Nacional fue en 1972. Pero hoy Chávez las tilda de "ilegales" y ordena su expropiación, cosa que aún no ha sucedido. Los posaderos, mientras tanto, tratan de confiar en la palabra de las nuevas autoridades | FOTOS VENANCIO ALCÁZARES
EL UNIVERSAL
domingo 20 de noviembre de 2011 12:00 AM
Este alboroto comenzó por Hugo Chávez. En uno de sus frecuentes contactos vía telefónica difundidos por VTV, el Presidente anunció expropiaciones en Los Roques y hasta habló de "nacionalizar" el archipiélago como si en este momento no formara parte del mapa venezolano. Ahí se desataron los rumores. Y, claro, el temor.
Eso fue el 5 de octubre. El Presidente lo dijo así: "Vamos a construir unas posadas para la gente. Allí hay unas construcciones ilegales, incluso de extranjeros (... ) los vamos a expropiar. Yo lo he dicho, hay que nacionalizar Los Roques". También habló de usar yates de banqueros prófugos como una flotilla de "ruta social" y oficializó el nombramiento del vicealmirante retirado Armando Laguna Laguna como jefe político de lo que será el Territorio Insular Miranda: Los Roques, La Orchila y Las Aves.
La noticia aterrizó en el Gran Roque y corrió y se deformó: que van a expropiar todas las posadas, que van a expropiar sólo las posadas de extranjeros, que van a quitarnos las casas, que esto se va a convertir en un centro turístico popular y el daño ambiental será tremendo. Y así. En realidad -y hasta nuevo aviso- el anuncio presidencial se refiere a un grupo de casas vacacionales que hace muchos años fueron levantadas en las muy privilegiadas arenas del cayo llamado Madrizquí y -aparentemente- a tres o cuatro casas más en pleno Gran Roque.
Laguna Laguna ha hecho un gran esfuerzo por llevar calma. Se le escucha hablando con tono casi paternal en la grabación de un encuentro que sostuvo durante más de dos horas con representantes del consejo comunal, de los dueños de posadas, de los lancheros, de los pescadores y hasta de la Fundación Científica Los Roques, una institución creada en 1963 y asentada en el cayo Dos Mosquises Sur que también ha estado -según rumores- en la mira de las expropiaciones. Fue el 22 de octubre. Y Laguna Laguna lo dijo así: "He estado escuchando voces agoreras que han venido a decirles a ustedes que van a perder sus medios de trabajo, que les vamos a quitar sus casas, siendo totalmente falso. Son personas con intereses ocultos que lo que hacen es traer temor".
Luego fue más específico: "No es que nosotros venimos aquí a sacar a los posaderos para montar a nuevos posaderos, para montar complejos turísticos. No. El poder hoy lo maneja el pueblo, el poder popular. Ese poder que va a decidir su propio destino. Pero ese destino tiene que ser planificado, tiene que ser un destino que conlleve a una organización".
Y volvió al tema: "El sábado pasado tuvieron una reunión ustedes con una persona que decía que les iban a quitar sus casas, sus posadas. En esa persona no hay que creer. Son agoreros del desastre. Nosotros vamos por un futuro mejor".
Tras hora y media de reunión, reiteró: "Ustedes saben que es mentira que les vamos a quitar las posadas. Ustedes saben que es mentira que nosotros venimos aquí a imponernos. Saben que es mentira que venimos aquí a aplicarles más impuestos, con los que hay ya es suficiente".
Creer y no creer
Zoila Zambrano, presidenta de la asociación de posaderos de Los Roques, reconoce que pasaron unos cuantos días de angustia: "Muchos de los posaderos italianos y nosotros mismos, los roqueños, tuvimos temor. La verdad es que una acción contra las posadas llevaría a pique a la economía del pueblo. Pero a raíz de las declaraciones del vicealmirante, la gente agarró confianza. Nuestra representante salió de esa reunión muy entusiasmada".
Si se le pide un poco más de precisión, Zambrano esgrime un número: "Diría que hay como 80 por ciento de confianza en el vicealmirante. Eso es lo que he recogido de los operadores. Pero todavía hay algunos que no creen en nada y temen por sus inversiones y esfuerzos".
En el Gran Roque hay 67 posadas de distinto rango. 27 de ellas están afiliadas a la asociación. Y se estima que hay unas 300 camas disponibles para los visitantes. Cada una de esas posadas debe pagar, además de impuestos, una cantidad de dinero por la "concesión", por la oportunidad que le da el Estado de operar en esta zona protegida. De hecho, toda actividad comercial en la isla por mínima que sea paga por su concesión. Por la posada Doña Carmen, Zambrano cancela 3.200 bolívares mensuales a la Autoridad Unica, por ejemplo. Aquamarina, de un nivel más confortable, paga 4.600 bolívares para poder usar sus nueve habitaciones. Y Natura Viva, por sus 16 cuartos, cancela 14.400 bolívares al mes. El criterio que aplica es pagar entre 3 y 10 Unidades Tributarias por cama. Trabajar en Los Roques, se ve, cuesta dinero.
Giorgio Serloni es de los posaderos que cree en la palabra de Laguna Laguna. También es uno de los voceros más activos del consejo comunal: "El temor nace porque usualmente no manejamos más información que la que difunden los medios, pero ya recibimos explicaciones de Laguna Laguna. Como operador estoy claro en que las expropiaciones no ayudan al turismo, no dan seguridad. Pero como parte del consejo comunal, entiendo que el escenario que tenemos es el de un cambio radical con la creación del territorio insular. No se pueden generalizar las declaraciones del Presidente porque fueron muy específicas al referirse a las casas de Madrizquí como las únicas que han sido objeto de esta medida, sin afectar a otras casas vacacionales ni a las posadas que han contribuido al desarrollo del turismo en Los Roques".
Serloni apunta otra razón para explicar el miedo a perder las posadas: "En promedio, todos los contratos de concesión vencieron hace unos cinco años. La Autoridad Unica actual nunca los renovó pero continuó cobrando y utilizó esta estrategia como una especie de chantaje para que los operadores no se quejaran demasiado por el desastre con los servicios públicos y la contaminación".
Desde hace siete años Wilmer Castillo trabaja en la zona con Aerotuy. Actualmente es el gerente de operaciones de esta empresa que tiene cinco posadas, aerolínea y siete embarcaciones. Castillo aclara que no es vocero de la compañía, pero desde su punto de vista "los temores siguen latentes".
Así como sucede con "los italianos", acerca de Aerotuy también circula un rumor: que podría estar en riesgo como retaliación política contra su socio más visible, Peter Bottome. "No me corresponde a mi hablar de eso", advierte Castillo: "Pero sí puedo decir que aquí la gente tiene que recordar que Aerotuy desarrolla una labor social importante: hacemos planes vacacionales para niños, nuestros aviones sirven de ambulancia cuando hay emergencias y cuando ha faltado el agua le hemos prestado servicio al pueblo gracias a nuestra planta desalinizadora. Además de eso, en muchas ocasiones damos apoyo a miembros del Gobierno que vienen por trabajo a la isla".
Así llegaron
En la fachada de la posada Doña Magalys una imagen del Presidente Chávez aclara la filiación política de su propietaria, Magalys Rodríguez, una de las activistas más conocidas del consejo comunal. Roqueña al fin, ella tiene una posición clara: "Yo no estoy de acuerdo con las expropiaciones. Le pregunto al Presidente, ¿quién es responsable de que en Los Roques haya casas vacacionales? Son culpables los roqueños que las vendieron. ¿Y quién autorizó la existencia de casas vacacionales y de posadas? Todos los que pasaron por la Autoridad Unica. Aquí hay que recordar cosas como que fueron algunos de ellos los primeros que trajeron luz al pueblo".
Zambrano maneja una teoría: "El Presidente tiene una visión equivocada de los que sucede en Madrizquí. Me parece que le han hecho ver que a ese lugar no puede entrar más nadie y que la playa es privada. Eso no es así. Ahí puede ir todo el mundo".
En efecto, Madrizquí es uno de los cayos más visitados por su cercanía con el Gran Roque y por la extraordinaria belleza de sus aguas y su blanquísima arena. Sentada a la entrada de la casa de David Osío, vecina a la de Isabel Tinoco y a la de Gustavo Cisneros, Julia Marcano cuenta que hasta el momento todo está en calma: nadie ha ido a notificar expropiación alguna, ni los militares han ocupado el lugar y las familias dueñas de las ocho casas vacacionales siguen disfrutándolas como siempre lo han hecho.
Hace 40 años que Julia Marcano trabaja aquí empleada por esas familias: "Esta es mi casa, me crié aquí en esta orilla de playa". Con ella, son al menos doce personas cuyo sustento depende de estas labores: "Nos preocupa mucho eso de las expropiaciones y pensamos que si expropian aquí, más tarde lo harán en el pueblo".
El primer autorizado para levantar vivienda en el cayo fue el doctor José Antonio Madriz: el 28 de octubre de 1965 el Ministerio de Relaciones Interiores le dio luz verde para construir en ese lugar que entonces se llamaba Namusquí "una vivienda con instalación para planta eléctrica y depósitos de combustible" (comunicación C-75). En febrero de 1966, la dirección de la Marina Mercante le otorgó permiso para construir "vivienda e instalaciones complementarias". Y el 21 de enero de 1971, un tribunal capitalino declaró "título supletorio" a favor de Madriz sobre las construcciones hechas en el cayo que, finalmente, sería rebautizado en su honor.
José Antonio Madriz falleció el 15 de febrero de 1972. En abril la familia recibió permiso de Relaciones Interiores para nuevas construcciones. El 9 de agosto del mismo año Los Roques fue declarado Parque Nacional. Ya en junio Cristóbal Blohm había adquirido una de las bienhechurías. Y, finalmente, el 25 de octubre de 1972, Bethsabé de Madriz, vendió los derechos sobre esas propiedades a Pedro R. Tinoco (hijo), Oscar y Carlos Machado Zuloaga; Nicomedes Zuloaga (hijo), Enrique Delfino y Siro Febres Cordero. Así llegaron: papeles de por medio. Ahora su herederos esperan la orden de salida.
ommedina@eluniversal.com
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