En un acto celebrado en la residencia oficial de Los Pinos, denunció que quienes se dedican a esta actividad son "gente sin moral, sin escrúpulos, que lucra de la manera más miserable y más indigna con el sufrimiento y el dolor" con otras personas.
El decreto adoptado hoy reforma tres artículos de la Carta Magna para combatir con más energía una actividad relacionada con los robos y secuestros de niños y jóvenes, "muchas veces con violencia, para obligarlos a pedir limosna en las calles, a trabajar de sol a sol (...), a prostituirse, a soportar golpes o maltratos, a venderse al mejor postor, sin importarle su suerte".
Ante legisladores, funcionarios y representantes de organizaciones no gubernamentales ONG Calderón condenó la corrupción y el uso de "falsas promesas" para enganchar a las víctimas, entre quienes hay indocumentados, y permitir que subsistan negocios ilícitos que abusan de otras personas.
Para el mandatario, la reforma permitirá contar con mejores leyes que hagan posible combatir este fenómeno de una manera coordinada y más ordenada, así como "regular la actuación de las autoridades de los tres órdenes de Gobierno", federal, estatal y municipal.
La misma da al Congreso un plazo de 180 días para que expida una nueva ley general sobre el asunto y que haga corresponsables del mismo a las distintas autoridades del país.
Además, Calderón pidió a los mexicanos que denuncien cuando sepan cualquier caso en que se esté "abusando o explotando a mujeres, a migrantes, a niños, a jóvenes, a personas con discapacidad incluso".
En el acto una joven víctima del delito cuyo nombre no trascendió dijo que el día de hoy era "el comienzo del fin de la explotación sexual y de la trata de personas" en México.
La mujer fue enganchada por un sujeto cuando estudiaba y, con la falsa promesa de que ganaría setecientos pesos (unos 60 dólares) al día por trabajar de edecán, cayó en un red de tráfico de personas que la obligó a trabajar en un club nocturno.
Allí, antes de ser rescatada y reinsertada con el apoyo de una fundación, conoció a muchas mujeres y niñas secuestradas, "tanto mexicanas como checas, rumanas, cubanas, guatemaltecas" y "centroamericanas" que habían sido sometidas y obligadas a guardar silencio por sus captores.
En su intervención agradeció la aprobación del nuevo marco legislativo y pidió a las autoridades de México no cejar en su apoyo a esfuerzos como la campaña "Corazón Azul" de Naciones Unidas contra este delito.
Finalmente, en la ceremonia el secretario de Gobernación (Interior), Francisco Blake, dijo que era urgente en México "poner un definitivo alto al consumo de las personas por las mismas personas, porque el ser humano no está a la venta".
"El ser humano no es un objeto (..) No podemos cerrar los ojos ante esta forma de esclavitud. Tenemos que perfeccionar nuestros mecanismos para sancionar a esos criminales que han encontrado en el aprovechamiento de otros seres humanos, su fuente de ingreso", añadió.
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