El Aragüeño
24-05-2011
Jeanferich Ontiveros
jeanferich.ontiveros@elaragueno.com.ve
La necesidad de tener un techo en donde vivir y criar a sus hijos movió a unos cuantos vecinos a devolverse a zonas que ya habían sido desalojadas, y los llevó a construir a pocos metros del Lago Los Tacarigua, exponiéndose así a todo tipo de calamidades.
Es la triste realidad de veinte familias que se niegan a movilizarse a un refugio, y se conforman con volver a un lugar en el que las posibilidades de vivir se acortan con cada centímetro que la laguna reclama constantemente.
La calle Tamanaco de Brisas del Lago había quedado desierta. Pero no duró mucho tiempo deshabitada, pues fue nuevamente poblada por personas que, luego de varios meses, han decidido invertir su dinero en la compra de bloques, cabillas y cemento para construir y vivir en este lugar, hasta que su causa sea escuchada.
Esta calle está ubicada a no más de 15 metros de las riberas del lago, muy cercana a la redoma de El Indio, que ya sucumbió ante el celoso reclamo de la naturaleza y yace sumergida bajo las aguas y en el más completo abandono.
Estos vecinos han tomado la decisión de construir en el lugar, y con nuevas ilusiones se han registrado en los diversos censos que organismos gubernamentales han aplicado en el lugar para buscarles solución en medio del gran déficit habitacional que enfrenta el país actualmente, mismo que se ha agudizado en los últimos años.
“Aquí nos quedamos”
Es la determinación de los residentes de la calle Tamanaco de Brisas del Lago, ante la posibilidad de que puedan ser trasladados a refugios preventivos. El problema es que no saben hasta cuándo estarán en dichos lugares, y prefieren entonces permanecer en el lugar que no les ofrece las mejores condiciones de vida, pero que en cambio les brinda algo de privacidad.
Alquileres caros
Dulmary Rodríguez comentó que es preferible construir en el lugar que pagar un alquiler que, en su mayoría, este tipo de familias no pueden costear. Ella tiene muchos hijos y necesita ofrecerles un techo donde vivir. O es eso, o es permanecer a la deriva.
Cloacas en la calle
La cuenta que se aúna al rosario es el desborde de la red de cloacas, un río de aguas contaminadas que corre por las calles debido al colapso del drenaje. Por allí pasan niños y adultos mayores a diario. Irma Figueroa comentó que el río de aguas negras se vuelve más caudaloso con la crecida de los niveles de la laguna, los que por fortuna no han llegado a tocar su casa.
“Quiero salir de aquí”
Es el clamor de Mario Aragón, quien lleva más de 14 años residiendo en la comunidad y quien tuvo que abandonar la casita en donde vivía para evitar poner en riesgo su vida. Él debió irse a la Casa Múltiple, pero anhela ser trasladado a un mejor lugar en donde pueda tener un poco de privacidad. “Quiero salir de aquí, yo necesito un lugar que yo pueda costear a punta de trabajo, porque aún soy joven y capaz”, comentó.
A la espera
De esta forma pasan los días y los vecinos de la calle Tamanaco siguen a la espera de que los planes de vivienda lleguen y les toquen a la puerta. Mientras tanto, luchan contra los focos de contaminación y les hacen la guerra a las plagas que suelen aparecer al caer la noche.
ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO
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