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lunes, 15 de noviembre de 2010

Opinión acerca de la expropiacion de Agroisleña y las expropiaciones de tierras

15/10/2010 - Agradecemos a Luis López Méndez por enviarnos este artículo de opinión

POLÍTICA DEL HAMBRE
HÉCTOR SILVA MICHELENA


Publicado en Tal Cual

A sombroso.

Quizá demencial. Son los términos apropiados para describir la torpe acción que hace 45 días realizó Chávez al expropiar la empresa Agroisleña, que ofrecía asesoramiento técnico, agroquímicos, insumos claves, semillas, fertilizantes, fungicidas, maquinaria y financiamiento a 18 mil productores, y que este año financió la cosecha de más de 800 mil toneladas de diversos rubros alimenticios. La empresa contaba con 60 tiendas, 8 silos, 1.200 empleados directos y unos 5 mil indirectos. Con lenguaje agresivo Chávez dijo que la empresa era un oligopolio (¡estudia economía, por favor!) que explotaba a los medianos y pequeños productores, y Ana Elisa Osorio del PSUV, mintió cuando dijo que Agroisleña vendía pesticidas prohibidos mundialmente; la empresa tenía 52 años de trabajo e inversión, bien orientada y estaba atenta a la calidad sanitaria de todos sus productos.

Este desacierto ya se ha hecho sentir en la calidad y suministro de los bienes y servicios que proveía Agroisleña que, ahora estatizada, ha entrado en la ruta fatal de todas las colectivizaciones que impuso el socialismo agrario en el siglo XX; sabemos que el resultado fue la escasez crónica hasta llegar a la mala nutrición e incluso la hambruna. Hipócritamente el decreto ordena resguardar los derechos y garantías de los trabajadores, y el inefable Elías Jaua afirma que se trata de un avance de la propiedad social. La historia de las colectivizaciones agrarias muestra que tal propiedad es una entelequia ya que los cultivadores no se sienten propietarios, no palpan lo suyo, y más bien descubren que la burocracia gobernante es la gran beneficiaria.

El Estado-Gobierno-Partido, y se propone el control total de todas las actividades productivas que ellos consideren de valor estratégico.

Esta pieza se agrega a las 2,9 millones de hectáreas que ya maneja el Estado, con fundos ejemplares como La Marqueseña, El Frío, Las Carolinas, El Charcote, Vestey, San Pablo Paeño, y otros, que se hallan en situación improductiva. Este proceso comenzó en 2005 y continuará en 2010 con la apropiación de otras 750 mil hectáreas, según afirmó el ministro de Agricultura y Tierras, J. C. Loyo.

¿Resultado? En el lapso 2004-2008, de amplio "rescate de tierras", el PIB agrícola privado creció apenas 3,7%, y el estatal se pasmó. Venezuela importa más del 60% de sus alimentos, su seguridad alimentaria es precaria.

Que sepan Chávez y acólitos que la colectivización en la URSS degradó al campesino más de lo que lo hicieron las condiciones de servidumbre anteriores a 1861, dado que, como siervo o comunero, poseía sus cosechas y su ganado.

Ahora su nuevo estatus era el de un trabajador sujeto al Estado que recibía el mínimo para subsistir: por un trabajo agotador; en 1935, una familia campesina ganaba del koljós 247 rubros al año, justo para comprarse un par de zapatos. Nuestro agro ya siente el sablazo y los hogares tendrán despensas aún más precarias.

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