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domingo, 15 de abril de 2012

La Contraloría fue al río


Un informe de 2010 da cuenta del estado de las principales cuencas del país: todas con problemas por contaminación. Y confirma las denuncias sobre La Mariposa y el Lago de Valencia. Por Oscar Medina

Las contralorías regionales encontraron problemas graves de contaminación en los principales ríos y cuencas del país. Los datos se encuentran en un informe que pasa de 300 páginas | EDSAU OLIVARES

EL UNIVERSAL
domingo 15 de abril de 2012  12:00 AM

Si es por conocer, el Gobierno conoce con suficiente detalle los problemas con la calidad del agua en el país. Porque se trata de un mal nacional. No es sólo Valencia. No es sólo la recién "descubierta" amenaza sobre Caracas. Aunque habría que plantearlo de otra manera: algunas instancias del Estado saben, otras deberían saberlo.

Que las cuencas de los principales ríos distan mucho de estar en condiciones óptimas no es, en este caso, la denuncia de un diputado, ni de una organización civil, ni mucho menos de un medio de comunicación. Es -y no es nueva- la conclusión de la Contraloría General de la República.

El informe es de 2010. Y cuelga en un rincón modesto del sitio web de la Contraloría bajo el título "Problemas ambientales y deterioro de relaciones ecológicas en la cuenca del río más importante de cada endidad federal". Así, con el error en la palabra entidad.

Las contralorías regionales evaluaron la situación de las cuencas para identificar los problemas relacionados con el agua. Y -aunque no se han vuelto a ocupar del tema- fue mucho lo que encontraron. El informe especial pasa de 300 páginas. A continuación, algunos casos.

Amazonas 

Sobre la cuenca del Río Orinoco el diagnóstico es fulminante: ninguno de los organismos y entes obligados a velar por el ambiente tenía planes de acción para cumplir sus misiones, tampoco estaban claros sobre cuáles eran sus responsabilidades, no manejaban un inventario de los recursos naturales de su región ni de las amenazas al equilibrio ecológico. Y no tenían coordinación con el Ministerio de Ambiente.

De cualquier manera, el despacho local del Ministerio de Ambiente tampoco es que estuviera muy al tanto de nada. Según la Contraloría no tenían información sobre la zona boscosa de la cuenca, ni habían cuantificado los daños por las actividades indígenas en el lugar ni por las acciones ilegales y no habían estudiado las consecuencias de la expansión urbana en el Municipio Atures (en la cuenca) y tampoco conocían cuántas plantas de tratamiento de aguas servidas estaban operativas.

Para 2009, dice el estudio, la gobernación de Amazonas "no realizó ningún proyecto o programa en materia de recuperación, preservación y mantenimiento de la Cuenca del río Orinoco". Y la explicación que dio el gobernador -enero de 2010- consistió en excusarse porque eso de conservar los bosques y las fuentes de agua es competencia del "Poder Público Nacional".

En el Municipio Atures, cuya capital es Puerto Ayacucho, la Alcaldía estaba en Babia: "el Ejecutivo Municipal no cuenta con una planificación urbanística, un plan de saneamiento en materia de aguas servidas y más aún con datos estadísticos de la cuantía de las plantas de tratamiento del municipio, ocasionando esto niveles de contaminación por causa de las descargas de aguas residuales crudas y los desechos sólidos producidos por las viviendas cercanas a estos cauces, que van directamente a los ríos y morichales y por ende a la cuenca del Río Orinoco, lo que ha generado una mayor contaminación, reduciéndose la calidad de los afluentes".

La caótica visión que ofrece la Contraloría es la de una cuenca abandonada a su mala suerte y azotada por descargas directas de desechos y aguas negras en un panorama en el que también aporta lo suyo el vertedero de basura del municipio capitalino. Y peor aún: encontraron que 80% de las plantas de tratamiento de agua del municipio (10) no estaban operativas y que las 3 lagunas de oxidación estaban colapsadas.

"Las plantas de tratamiento y las lagunas de oxidación descargan sus aguas crudas en morichales y caños adyacentes a la zona los cuales en su recorrido final desembocan en el Río Orinoco (...) constituyendo uno de los mayores focos continuos de contaminación, que va en detrimento de la calidad del agua".

Miranda 

Sobre la gestión mirandina en la cuenca del río Tuy la lupa de la Contraloría se detiene especialmente. Señala que ni la Comisión de Ambiente del Estado Miranda y en general ningún organismo asignado a la tarea ambiental se ocupó durante 2009 de evaluar los problemas del río Tuy ni mucho menos de hacer planes para solventar los riesgos de contaminación.

La Contraloría hizo inspecciones a 50 plantas de tratamiento de aguas servidas de distintos puntos de la región y se topó con fallas importantes en 49 de ellas, de las cuales, 23 vertían a quebradas que terminan por alimentar al Tuy.

En el embalse La Mariposa constataron la evidente presencia de bora, de basura y el vertido de aguas servidas sin tratamiento de zonas residenciales a los afluentes del embalse. Igual situación encontraron en el embalse La Pereza, con la particularidad de que las aguas servidas llegan directamente por tuberías.

El pobre desempeño de las autoridades tiene consecuencias: "el incremento de factores contaminantes de las aguas de estos reservorios, que forman parte del sistema de distribución de agua potable de diversas zonas de la región central del país, con el consecuente riesgo de enfermedades tanto por su uso externo, como por su consumo".

La Contraloría local también constató procesos continuos de contaminación por aguas servidas y desechos sólidos en el río San José -Barlovento-, en la Quebrada de Care y en el río Curupao, que además recibe desechos industriales.

El caso del matadero de ganado porcino La Bonanza (Charallave) lucía particularmente peligroso: los residuos de sus procesos y las aguas servidas iban a parar a una planta de tratamiento que no funcionaba al momento de una visita de la Contraloría. De modo que esas aguas tan contaminadas iban a parar a la quebrada de la Bonanza, afluente del río Tuy, que a su vez provee agua a La Mariposa.

Apure 

El caso de este estado llanero es de los más preocupantes: "La población de San Fernando de Apure, se abastece de un acueducto, cuya fuente de suministro es la toma directa de las aguas del Río Apure, cuya responsabilidad es de la hidrológica regional (HIDROLLANOS, C.A.), esta toma se hace a través de bombas ubicadas directamente a la altura del Puente María Nieves de esta ciudad, pero es de hacer notar que aguas arriba existen 6 sistemas de descarga de aguas servidas que contaminan el cauce del Río, adicionalmente a todas las descargas efectuadas en la población de Biruaca, más los focos de contaminación de desechos sólidos por los vertederos ubicados en las cercanías o adyacencias".

Desde Biruaca y San Fernando se descargan aguas servidas al río. La población de Biruaca lo hace a través de caños que alimentan al Apure. Y la de San Fernando mediante colectores que van al cauce. Y se trata de aguas que no pasan por sistemas de tratamiento. Las consecuencias de estas descargas son obvias: "desde el punto de vista bacteriológico, determina que la cuenca hidrográfica del bajo Apure se encuentra contaminada, lo cual es sustentado por los estudios del Ministerio del Ambiente, donde se verifica que el contenido de coliformes fecales y totales superan los valores de aceptación".

Algo más -aparte de problemas de abastecimiento- destaca el informe: "Falta de mecanismos de control por parte de los organismos competentes en las actividades agropecuarias en la zona, lo que genera un riesgo para los pobladores, el ganado y las cosechas, en cuanto al uso de fertilizantes y pesticidas".

Carabobo 

La cuenca analizada fue, claro, la del Lago de Valencia, sobre la cual tanto se ha dicho y tanto se ha negado. El primer párrafo ya dice bastante: señala que Hidrocentro no hizo el estudio de impacto ambiental "que tendrían la ejecución y puesta en marcha de obras para los envíos de las aguas tratadas por las plantas de los Guayos y la Mariposa sobre el embalse Pao Cachinche".

Y más adelante: "Situación que trajo como consecuencia que las obras, entre éstas la instalación de colectores marginales, se ejecuten sin tomar en consideración el impacto ambiental que tendrían, trasladando los problemas de calidad de aguas de la Cuenca del Lago de Valencia, cuyo destino final es el consumo humano, a otras cuencas hidrográficas y ríos receptores, tal es el caso del Embalse Pao Cachinche, fuente principal del Acueducto Regional del Centro".

La Contraloría reparte culpas. Por una parte, advierte sobre la casi nula supervisión de las autoridades regionales sobre la actividad industrial y las granjas porcinas que descargan aguas servidas sin tratamiento previo al Lago de Valencia. También denuncia retrasos significativos en el proyecto de saneamiento del Lago.

Dice: "De la revisión a los análisis de laboratorios desarrollados por los Laboratorios "Estadal Carabobo" y "De Proceso de la Planta de Tratamiento Aguas Residuales La Mariposa" en las Plantas de Tratamiento Los Guayos, Taiguaiguay y La Mariposa se evidenciaron valores reales por encima de los parámetros máximos exigidos en las normas de calidad de las descargas de efluente".

Y por otra parte, señala el mal estado de las plantas de tratamiento de aguas residuales La Mariposa, Los Guayos (Carabobo) y Taiguaiguay (Aragua) que van desde equipos y sistemas que no funcionan, pasando por desperfectos y hasta por el hecho mismo de que carecen de laboratorio propio para analizar la calidad resultante del líquido que deberían estar procesando: "lo que ha limitado el procesamiento de las concentraciones de detergentes sintéticos y otros contaminantes, y su efectiva descomposición, produciendo aceleradamente una disminución del oxígeno en las aguas del Lago de Valencia y la degradación progresiva de la materia orgánica existente, en detrimento de la calidad de éstas y el uso para el consumo humano, el riego e incluso para el uso de carácter recreacional".

La "recomendación" de la Contraloría al Ministerio del Ambiente, sigue siendo -que se sepa- una deuda: que evalúe las consecuencias del vertido de esas aguas en el Pao Cachinche y corrija lo que sea necesario corregir.

De triste fama por estos días, sobre la cuenca del río Guarapiche también se advierten aspectos delicados en el informe de la Contraloría General.

Guarapiche: cuento viejo

Si bien para 2009 ninguna dependencia local había evaluado los problemas de la cuenca más importante de la región y la gobernación de Monagas no había cumplido con la tarea de crear una oficina de gestión ambiental, el informe revela que son de vieja data asuntos tan graves como urbanizaciones con plantas de tratamiento abandonadas que descargan aguas servidas en el Guarapiche y numerosas lagunas de oxidación no operativas que igualmente arrojan líquido contaminado al Guarapiche o a sus afluentes.

Eso, además de deforestación en la cuenca y el uso no regulado del agua del río para el riego de sembradíos.

Algo similar se relata sobre Anzoátegui, donde también hubo derrames de petróleo recientemente. La "Dirección Estadal Ambiental", de acuerdo al informe, presentó fallos importantes en su gestión: no tener registro de personas naturales y jurídicas cuyas actividades representen amenazas a la cuenca del río Neverí, ni supervisar el funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas servidas de conjuntos residenciales vecinos a la cuenca.

El documento de la Contraloría cita análisis del agua del Neverí que muestran considerables índices de contaminación.

En junio de 2009 el Ministerio de Ambiente anunció el arranque de labores de saneamiento del río que, básicamente, consistían en extraer el exceso de bora en su cauce. Como se sabe, la presencia descontrolada de esta planta acuática puede ser síntoma de alta concentración de contaminantes orgánicos. También anunciaron mayor control sobre conjuntos residenciales que descargan sus aguas en el Neverí

Pero el estudio, hecho entre 2009 y 2010, refleja que inspecciones hechas a esos conjuntos evidencian que sus plantas de tratamiento no funcionan y en consecuencia sus aguas servidas pasan directamente al cauce del Neverí, río que aporta la mayor cantidad de agua para consumo en Anzoátegui. Y además advierte sobre construcciones de viviendas y presencia de establecimientos comerciales (entre ellos de madera y pintura de vehículos) dentro de la zona protectora de la cuenca, casi al borde del río.

ommedina@eluniversal.com

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