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miércoles, 25 de abril de 2012

Contado por sí mismo


VÍCTOR HUGO D’PAOLA - Tal Cual

Pompeyo Márquez contado por sí mismo es el título del libro de memorias de Pompeyo.

No es fácil escribir autobiografías. Stefan Zweig, quien sabía de biografías ­uno de los mayores biógrafos­, decía que solo tres personajes habían logrado grandes obras de memorias, donde se desnudaban a sí mismos. San Agustín en las Confesiones, JuanJacobo Rousseau en Meditaciones de un paseante solitario y si no recuerdo mal, el tercero sería Lev Tolstói en sus Diarios. A éstos se podría agregar al propio Stefan Zweig en sus estupendas memorias, El mundo de ayer. Pompeyo, cerca de los noventa años, nos presenta este excelente libro donde muestra su agudeza, no solo de memoria activa, también de la alegría de vivir, de contar con una excelente familia, con amigos en todas las corrientes políticas, de saber que ha sido útil al país y a los más necesitados. El libro es un collage donde junto a la narración del personaje central, se intercalan pequeñas entrevistas, artículos sobre Pompeyo, referencias a personajes contemporáneos suyos. Un magnífico trabajo de Iván Márquez, diseñador y editor de calidad, quien aquí logra un libro hermoso. La prosa es amena, se lee con placer, así como es Pompeyo, contador de historias, muchas veces chistoso, siempre alegre.

Con el permiso de los lectores de este artículo haré unas referencias personales, ya que soy mencionado varias veces en el libro.

Pertenezco políticamente a la generación de 1958; después de la caída del penúltimo dictador militar, Marcos Pérez Jiménez, me adherí a la Juventud Comunista, la poderosa organización juvenil del PCV. Desde ese entonces he estado ligado a Pompeyo Márquez, muy joven acudía al Palacio de los Deportes en San Martín, a escuchar sus intervenciones que nos orientaban en el camino de la política.

Pompeyo siempre fue muy afable, atento con los jóvenes dirigentes, siempre pendiente de sus opiniones. En algunas oportunidades, durante estos largos años, tuvimos diferencias, llegamos a estar en posiciones distintas en los debates internos que se producían, sobre todo cuando ya estábamos en el MAS.

Pompeyo nunca tuvo una respuesta altanera, un comportamiento grosero o despreciativo para quien polemizaba con él y su gran autoridad. Al contrario, trataba de entender lo que decíamos, era un caballero gentil, respetuoso de la opinión ajena. Ocupé cargos importantes en la dirección del MAS ­Secretario General de Caracas, Secretario Nacional de Organización, Director de la Fracción Parlamentaria, Secretario de Asuntos Internacionales­, Pompeyo jamás me presentó candidatos alternos y más bien siempre tuve su apoyo en mis funciones. Me siento orgulloso del respaldo que Pompeyo siempre me dio las veces que competí por la Secretaría General del MAS, cargo que sólo habían ejercido él y Freddy Muñoz.

Tengo el honor de haber compartido largos años de lucha con Pompeyo Márquez; él y Teodoro Petkoff siempre fueron, para mí, los dirigentes merecedores del más alto respaldo.

Feliz cumpleaños, Pompeyo, gracias por tu libro, espero la segunda parte que anuncias, del año 2002 hasta los días que siguen corriendo.

Seguramente tu tenacidad conocida lo escribirá.

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