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miércoles, 18 de febrero de 2015

"Nos necesitamos todos"

Tal Cual

Crónica del recorrido del gobernador Henrique Capriles Radonski por las zonas más apartadas del estado Miranda. Dice que al gobierno es necesario combatirlo con política, con unidad, que reclama sea cada vez mayor

FAITHA NAHMENS

Verde exultante, verde avasallante, verde vital, de entre cuya frescura y apetencia se asoman gallinas y dejan ver sus rabos de espantar moscas, burros y vacas.

Todos los días, incluso algunos domingos, Henrique Capriles sube cerro, comparte ideas y escucha y ve lo que ocurre Miranda adentro, donde la identidad es cuesta arriba. Solazo mediante, arroyos que serán torrentes en invierno, riegan lo natural con prodigio, cada circunstancia, cada afán cotidiano, y aquellas maravillas que brotan orondas de la tierra, con su color marrón en el pellejo, y que están exhibidas en la mesa que se ha dispuesto para el orgulloso recibimiento: yucas, ocumos, ñames y mapueyes de dimensiones colosales que son el ramo de flores del no protocolo. ¿Cómo pueden crecer tanto? ¿Se encogen en los supermercados? O más bien ¿Se vuelven invisibles? "Ustedes son unos fajados, en el país del incomprensible, del criminal no hay, tenemos que apoyarlos", les dice el gobernador.

Primero en Agua Amarilla, luego en Palmira, le dicen lo mismo a Henrique Capriles Radonski: "Nunca había llegado hasta acá un gobernador, un político".

También juran que entienden la llamada guerra económica. "Nosotros sabemos, ah pues, son ellos mismos, si el Mercal está pelaíto". Son asambleas para el diálogo que en toda circunstancia deja un mensaje. "Necesitamos mangueras para el riego, tanques y transporte para bajar los productos y movernos aquí", "También necesitamos materiales de construcción, nosotros mismos somos la mano de obra".

"La escuela que convirtieron en bolivariana se está cayendo y los maestros vienen solo tres veces por semana". Las peticiones son un rosario. "Me interesa que me escriban en una lista sus nombres y número de cédulas para tomar nota de los que necesitan apoyo crediticio para agricultura, para viviendas, a quienes vamos a repotenciarles sus rústicos para que movilicen a la comunidad, ojo, esta lista no tiene otra intención que la de responderles a ustedes con la solución que venimos a ofrecer, no es para excluir o privilegiar, todos ustedes son venezolanos y yo estoy trabajando sin exclusiones, no me interesa si Fulano o Perencejoes oficialista. Trabajo para todos". Y los aplausos son también de todos.

El silencio en los medios se parece al desamparo, es lucubración y duda, deviene inadvertencia. Esta jornada incorpora a periodistas, de aquí y de España, en este caso, reporteros de televisión que hacen el recorrido, sancocho incluido, asombrados de la realidad nacional. Capriles recibe un rimero de cartas. También abrazos. Y no pocas preguntas. Le baila una burriquita, lo toman de la mano, le dicen, le muestran.

"¿Capriles, te vas a lanzar?", suelta Aracelis. "Vine a trabajar, a hacerlo con ustedes, ahora mismo urge un cambio, el que es necesario, y está pendiente, y ahora todos lo reclaman, el cambio que no llegó pero tiene que llegar, por supuesto, no me queda la menor duda", responde. "Mi obsesión, esa sí que ha sido siempre, Aracelis, es que Venezuela sea próspera".

Aracelis sonríe, Aracelis aplaude con aquellas uñas con corazones pintados.

–¿Entonces no ha cambiado el país?
–No, para nada, o para peor. Revisen ustedes la historia, miren lo que se prometió en 1999 cuando llegó el dizque enfermero a sanar al país, solo lo consoló, fue un engaño, y es que este modelo fracasado volvió a fracasar. Ojalá no gane Podemos...

La conversación frente a las cámaras gira en torno del trabajo político de costura, del trabajo de urgencia social. El plan Hambre Cero que da sostén durante un año a los que viven en pobreza extrema, asistencia médica, comida y entrenamiento en un oficio. Que no, que no es demagogia, que hay que nivelar. Sobre las escuelas y la importancia vital, obligatoria, ineludible de la educación, y que después de carnavales se inaugura la Nelson Mandela porque tenemos que superarnos desde adentro. Que soy y estoy cien por ciento solidario con Leopoldo y con todos los compañeros políticos presos, ellos están detenidos injustamente, no han cometido delito alguno, pensar diferente no lo es.

Que solo cosas así ocurren en dictadura.

–¿Esto no es una dictadura?
–Es una dictadura con piel de democracia, de una democracia que tampoco es, por supuesto, es un disfraz a conveniencia.

–¿Y se le confronta como qué?
–Con las herramientas que construyen, con política, con unidad, la que ha de ser mayor cada vez, no me queda la menor duda.

–¿Y los que perdieron sus vidas luchando en la calle, protestando contra el régimen... la salida...?
–No hay dolor más grande y hay que intentar a toda costa que no se pierda una vida más. Todos en la MUD, todos, estuvimos de acuerdo en hacer política desde todas las instancias posibles, aun cuando esta no se reflejara en sus avances, en sus logros, en la brega, porque no hay medios de comunicación que registren los afanes de la oposición.

¿Qué hacer? No olvidar, tampoco parar, seguir insistiendo en el cambio que viene, que traerá la justicia que se hará con todas las de la ley, no desmayar, hay mucho por hacer. Sin esperanza es más difícil.

–Pero...
–Yo prefiero que me reclames ¿por qué no convocaste a la gente a pelear? A que me digas Capriles ¿cómo hago con mi hijo muerto? La conversación prosigue. Que ha sido criminal el desfalco, la oportunidad perdida, el desmán, la renta petrolera más grande de la historia, 900 mil millones de dólares entraron al mismo país donde no hay jabón para bañarse. Que esto es un fracaso mayúsculo, el del modelo, y el del gobierno.

Que vino un galán con la chequera, pero la chequera se acabó y el galán... no está. "¿Son los socialistas gente de avanzada? Pues no lo creo. De mí dicen que soy homosexual, que no lo soy, supuestamente para ofenderme... ¿es una ofensa acaso? Yo no tengo problema con eso, pero la gente del gobierno sí, lo que significa que se han quedado en el aparato".

–¿Cuáles serían las primeras medidas que tomaría de asumir la Presidencia?
–Cortaría la regaladera de petróleo, y convocaría a los empresarios para arrancar la reparación de la economía depauperada que tenemos, el problema es político y fundamentalmente económico. A todos los que han perdido empresas, comercios y le han expropiados fincas se las devolvería, revisando, claro, las condiciones en que ahora se encuentran.

Los rústicos bajan. Capriles debe llegar a hacer labores de oficina. Empieza la segunda parte de la doble jornada a las 4 de la tarde, o sea, trabaja de día y de noche. Asombra lo intacto de su talante persistente. "La frase `el tiempo de Dios es perfecto’ fue malinterpretada porque no fue dicha desde la resignación, sino con la certeza de que los cambios vienen, se trata de un reto, el de alguien con fe como yo, claro, que nos necesitamos todos, le digo a la gente: metan el hombro".

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