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viernes, 29 de julio de 2016

Comprar comida es toda una odisea para los maracayeros

Con sentimientos encontrados como la ira, impotencia, decepción, tristeza e indignación, manifestaron estar muchas de las personas que se encontraban en cola en los distintos supermercados de la ciudad de Maracay, para adquirir alimentos.

Largas horas de cola tienen que pasar fuera de los establecimientos

Inicialmente ante la presencia del equipo reporteril de elsiglo en las filas, los murmullos de descontento se hicieron sentir, opacados por algo de recelo; no obstante, unos más cansados que otros, no demoraron en desahogar su preocupación por esta situación que viven constantemente y que califican como una forma de vejación para la familia venezolana. Y así los pronunciamientos se multiplicaron.

Elda Salazar de inmediato relató su indignación de tener que pasar por algo tan desagradable como el que sus hijos les pregunten que cuándo va a dormir tranquila en su casa, porque tienen que pasar muchas noches en cola para poder comprar. Detalló que entre domingo y lunes hace las colas para comprar el martes en un supermercado que le toca y luego hace lo propio para ver que puede comprar en el otro los jueves.

“Cómo es posible que hemos llegado a esta situación, en la que tengamos que dormir en la calle una o dos noches para entonces comprar dos harinas, porque ni siquiera es que logramos comprar arroz, pasta o varias cosas de una vez. Aquí por ejemplo, la mercancía muchas veces la sacan después de las 12 del mediodía cuando ya la gente ha comprado lo que a ellos le dan la gana, porque no sacan todo lo que tienen de una vez sino como ellos quieren”, refutó.

Las colas se extienden en las principales vías de la ciudad

Osmari Flores, también en la cola de un reconocido supermercado ubicado al sur de Maracay, comentó que tiene cinco niños a los que tiene que dejar con su papá de 86 años para no llevarlos a sufrir las calamidades que viven en las madrugadoras colas. Dijo que a esto se le suma que sólo ella puede comprar porque su padre a pesar de ser de la tercera edad y tener informe de los problemas de salud y contrariamente lo maltratan. “Aquí sufrimos maltratos de los que son más vivos y llegan a lo bravo a colearse, además de la humillación por parte de los Guardias Nacionales porque si creen que si nos estamos portando mal, como si fuéramos unos niños, nos castigan y nos dejan un rato más largo de lo normal sin movernos”.

“El gobierno no se quiere dar cuenta que estamos pasando trabajo, que estamos pasando necesidad. No quieren recibir ayuda de otros países porque son orgullosos en un Revolución Bonita- entrecomilló- pero no estamos en ninguna revolución bonita. Mis hijos se están muriendo de hambre y a mi papá el doctor lo encontró bajo de peso porque no está comiendo bien al igual que mis hijos que están delgados. Claro si no toman ni leche, además no salen de una gripe porque deben tener las defensas bajas porque no comen bien”, expresó Flores.

Mientras que Marcos Chávez añadió que las irregularidades con la venta de las bolsas de comida a través de los CLAP han impedido que los alimentos lleguen a las casas, por lo que no les queda de otra que aguantarse las kilométricas colas porque además lo poco que les ha llegado no les alcanza.

“Estamos sufriendo las consecuencias de esta situación económica (…) queremos soluciones en el país, porque podemos pasar 3, 5 u 8 horas para comprar dos tonterías. No es justo que estemos pasando por esta situación. El gobierno dice que aquí no hay escasez y todo está bien, pero dónde están las medicinas que no la encontramos, dónde está el arroz y la comida”, se preguntó Pedro Peña.

En las madrugadas se pueden ver también las filas

Otros refutaron que se saque “pulseado” como dicen popularmente los productos, impidiendo que las personas que compran tras varias horas de cola, sol y hasta lluvia, puedan llevar al menos algo más sustancial. “Hasta tres días pasa uno para poder comprar y cuando llega vienen y le sacan jabón de lavar, cuándo lo que no tenemos es comida, lo que queremos es arroz, pasta y comida (…) aquí perdemos días de trabajo, perdemos sueño y hasta cariño del hogar con nuestros hijos, nietos o familia en general porque no tenemos ni tiempo de hablar por estar en estas colas y eso me preocupa más que por mi, porque ya he vivido sino por los jóvenes que pierden el calor de hogar”, comentó entristecida Teresa Ramírez.

Hernán Pérez, por su parte, señaló que este ha sido el “Gobierno de emprendedores pero resulta que es que la han emprendido contra nosotros porque tenemos que pasar 10 ó 12 horas y no conseguimos lo que necesitamos. Por ejemplo, hoy me tocaba a mí y están sacando dos harinas de maíz y si es que cuando llego todavía consigo. Tengo entonces que esperar la otra semana que me vuelve a tocar el número para ver que consigo. Nos ha tocado pasar hambre y esta es la situación que estamos viviendo en el país y como ellos dicen que aquí se come 3 y hasta 4 veces al día serán ellos, los enchufados, porque yo no por ejemplo”.

Estas expresiones son cada vez más generalizadas en cada punto de la ciudad donde la gente pernotan largas horas para ingresar a los establecimientos de venta de comida, porque hay una realidad que persiste, ya que para el ciudadano común se ha convertido en toda una odisea en llevar los alimentos a la mesa, según opiniones recabadas en un recorrido realizado en la capital Aragüeña. La mayoría pide a las autoridades acciones contundentes como por ejemplo para controlar la inflación y la aceptación de la ayuda que están ofreciendo de otros países como recalcó Rosa Suárez.

NOHANNA MORILLO | el siglo
fotos | LUIS TORRES

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