Para Alfredo Romero es indispensable cambiar el discurso ADOLFO ACOSTA
EL UNIVERSAL
domingo 30 de septiembre de 2012 12:00 AM
Desde que el abogado Alfredo Romero "se metió en la muerte", primero a través del homicidio del joven Jesús Mohamad, durante los hechos violentos del 11 de abril de 2002, y luego del deceso de su padre en 2003, se propuso alcanzar un objetivo propio de un defensor de derechos humanos, como lo es desde entonces: transformar la cultura de la muerte, esa violencia del día a día, instaurada en buena parte por el propio Estado venezolano, en una cultura de la vida.
Un libro de su autoría, "Relatos de Muerte en Vivo", en el cual narra historias reales desde los fallecidos en los hechos de Abril hasta la muerte del agricultor Franklin Brito, en agosto de 2010, editado en marzo pasado, es el inicio de un arduo tránsito hacia la verdadera justicia y la paz social en la sociedad venezolana.
-¿Cómo logrará esa cultura de la vida en una sociedad tan violenta como esta?
-Lo primordial es cambiar el discurso. Cuando me han invitado a conferencias, hablo de los relatos de muerte, porque hay que hacerle sentir a la gente que la muerte violenta no es lo común. La verdad es que hoy tenemos 20.133 muertes, según las proyecciones de este año. Estoy haciendo un trabajo sobre eso. No se puede hablar de la vida si no se entiende que debe hablarse de la muerte. No puede ser que aquí, para que no te maten, debas tener guardaespaldas. Ni que Chávez sea el mediador de la violencia con las FARC. Necesitamos a alguien que nos concilie.
Por eso, Romero resiente que el tema de los derechos fundamentales, consagrados en la Constitución y en tratados internacionales, esté prácticamente marginado de la agenda electoral de los candidatos presidenciales. "La piedra angular de la paz es el respeto de los derechos humanos. Y para ello debe existir un sistema de justicia confiable", afirmó el abogado administrativista de la UCAB, con posgrados relacionados con el sector público, y que acaba de ser designado Consejero de la Agenda Global del Foro Económico Mundial del Estado de Derecho, en Dubay, junto con otra veintena de abogados.
-¿Por qué cree que el tema ha sido dejado de lado?
-Los venezolanos no queremos el discurso de la guerra, pero mal entendemos los derechos humanos, porque los asociamos a la violencia. La calidad de vida no es estatus económico, sino tener protegidos esos derechos. Chávez no puede hablar de los DDHH porque en su gobierno han sido violados y el tema se ha tergiversado. En el caso de Capriles, se está trabajando el tema para vencer el temor. El ciudadano está sediento de la protección de sus derechos. Aspiro que el libro sea un aprendizaje.


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