El candidato de la CIA

Tal Cual

El gobierno colombiano actúa como intermediario entre EEUU y Venezuela; y, ¿adivinen quién es el delegado para el entendimiento? Un traficante de la política llamado Jimmy Carter. Esa relación no la pude entender hasta que un viejo amigo, el general José Roberto León, quien por casualidad es el actual director de la Policía Nacional de Colombia, me explicó la captura del narco y cómo Jimmy cuadró ciertos contactos con personalidades venezolanas. De manera que las cosas no son lo que aparentan y la CIA tiene candidato

LUIS CHUMACEIRO

Estaba en abril del 2000 en la insoportable Miami, rumbo al aeropuerto, cuando capté la descripción del momento en que un grupo comando del FBI, armados de subfusiles automáticos MP5, tomaba el hogar del tío-abuelo del famoso Elián González para devolverlo a los brazos de su padre y de Fidel. Se hace difícil describir el grado de indignación que derivó de tal acción.

Janet Reno, hasta ese momento con gran popularidad en Florida y posicionada para ganar la gobernación del estado, ocupaba el cargo de Attorney General y, en consecuencia, tuvo la responsabilidad directa por la bochornosa acción. Todavía no encuentro explicación para la saña que se evidenció en una famosa fotografía, tomada por el reportero Alan Díaz de Associated Press, en la que un agente apuntaba al niño. Esa foto obtuvo el Premio Pulitzer, en el año 2001.

El primer efecto de la canallada fue que la Reno se convirtió en personaje odiado por la comunidad cubana y perdió las elecciones con uno de los hermanitos Bush. Pero el precio de ese error fue mucho más alto. Explicar técnicamente la derrota electoral de Al Gore en las elecciones de 2004, a pesar de haber obtenido más votos populares que George W. Bush, solo encuentra una forma de resumir indicando que el resultado de Florida fue decisivo y que, con todas las denuncias de fraude que se hicieron, la realidad fue que la administración demócrata pagó su entendimiento con Castro.

Pero ese no ha sido ni será el último evento en que la política interna americana da un giro por la eterna problemática que origina el enfrentamiento con Cuba.

En abril de 1980, Castro auspicio un inesperado éxodo de más de 100.000 inmigrantes a EEUU. Los "Marielitos", tal como pasaron a la historia, en su mayoría eran gente que huía del comunismo pero Fidel aprovechó la oportunidad para limpiar la isla y sacar criminales violentos y expacientes mentales.

La opinión pública comenzó a mal formarse y generar gran antipatía. Entre los facilitadores estaban el Presidente de los Estados Unidos y un anodino gobernador que refugió un importante contingente de cubanos en su estado, Arkansas.

Me refiero a Jimmy Carter y Bill Clinton. El primero perdió las elecciones porque ha sido el peor presidente de los Estados Unidos pero lo de Billy fue absolutamente injusto. De manera que el sabor de la política exterior con relación a Cuba ha sido muy amargo para los demócratas y los Clinton, especialmente Hillary.

Un pequeño detalle que nadie debe ignorar justo en plena campaña electoral allá. Mientras en Cuba sigan las cosas como están, mayor estabilidad para el gobierno demócrata y las posibilidades de triunfo de Obama. Al contrario, una crisis en Cuba originará sucesos impredecibles; y, en materia electoral, todo lo incontrolable es malo.

Ahora viene lo que me interesa. ¿Cuál ha sido el factor determinante de la estabilidad del régimen comunista? ¿Por qué los Castro siguen mandando y exprimiendo a su pueblo? La respuesta se resume en un nombre: Hugo Chávez Frías. Desde hace más de 10 años, religiosamente, dolorosamente, el régimen chavista suministra 120.000 barriles diarios a un país que consume 55.000 al día.

No solo ha resuelto la crisis energética cubana, lo que per se es suficiente, sino que además lo provee de un invalorable producto que comercializa Cuba como competidor nuestro.

El Norte está alineado con sus propios intereses, con quien hipoteca la industria petrolera, el mismo que les suministra el petróleo que precisan, aquel que les da la estabilidad necesaria para ratificar a su presidente y permanecer en el poder. Eso nos explica ciertos eventos como la fraternal relación de Santos con Chávez o el operativo para capturar al "Loco Barrera", dirigido desde Washington por agentes de la CIA, tal como lo afirmó el propio Santos.

El gobierno colombiano actúa como intermediario entre EEUU y Venezuela; y, ¿adivinen quién es el delegado para ese entendimiento? Un traficante de la política llamado Jimmy Carter.

Esa relación no la pude entender hasta que un viejo amigo, el general José Roberto León, quien por casualidad es el actual director de la Policía Nacional de Colombia, me explicó la captura del narco y cómo Jimmy cuadró ciertos contactos con personalidades venezolanas. De manera que las cosas no son lo que aparentan y la CIA tiene candidato.

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