Nueva política petrolera

Tal Cual Digital

Pdvsa es la gran empresa que con más ingresos produce menos y a la vez endeuda aceleradamente. Urge una nueva política petrolera. La estatal hoy manejada por Rafael Ramírez tiene altos niveles de corrupción y es una sucursal del PSUV

JOSÉ GUERRA

La insistencia en el tema petrolero se debe a que en esta etapa decisiva que vive el país cualquier esfuerzo de rescate de la economía requiere un aporte fundamental del sector petrolero. Venezuela sin el petróleo es una economía disminuida.

El petróleo ha sido y es la viuda económica de Venezuela y durante el gobierno de Hugo Chávez en lugar de diversificarse, la economía se ha hecho peligrosamente más dependiente de los hidrocarburos. La política petrolera que adelanta el gobierno de Chávez ha sido una calamidad para el país.

Bajo el atuendo nacionalista y popular se esconde una caída importante de la producción petrolera hasta el punto que en 2011 Venezuela produjo casi 17% menos petróleo que en 1998. Al mismo tiempo la nómina de la empresa se ha triplicado y su deuda que en 1998 era de US$ 2.500 millones, en 2011 saltó a casi US$ 70.000 millones, si se toma en cuenta los pasivos con socios y proveedores.

Pero además de todo ello, Pdvsa ha incursionado en un conjunto de actividades que la han desenfocado de sus roles básicos y por esa razón, dejó de ser una empresa petrolera, para convertirse en algo amorfo. Si el relato anterior no es suficiente, Pdvsa bajo la batuta de Rafael Ramírez es un ente con niveles de corrupción nunca visto, con claros signos de nepotismo y además sus instalaciones en buena parte del país se han convertido en una sucursal del PSUV.

Los elevados precios del petróleo no le han servido a Pdvsa para ganar la caja necesaria para aumentar su producción o en todo caso mantenerla.

A diferencia de otras compañías petroleras que han aprovechado el auge de los precios petroleros para apuntalar su producción y contar con mejores capacidades productivas, Pdvsa ha visto mermar su actividad de producción y refinación de petróleo, tal como se deduce del gráfico anexo en donde por una parte de aprecia la escalada de los precios de la cesta venezolana de hidrocarburos y por la otra el estancamiento del Producto Interno Bruto petrolero, la mejor medición de la actividad petrolera. Paradoja esta, la de una empresa que con más ingresos produce menos y a la vez se endeuda.

MENDICIDAD

Como los recursos de Pdvsa se han volatilizado en una vorágine de gasto que no tiene tasa ni medida, concurre ahora Pdvsa a la Bolsa de Hong Kong a solicitar que le compren una porción de la empresa mixta Petropiar para hacerse de más dinero para que prosiga el festival de gasto.

Esto equivale a una privatización parcial de la empresa, concebida y hecha por quienes se llenan la boca acusando a otros de vende patria. Actualmente concurre Rafael Ramírez con la cabeza gacha ante los capitales del mundo a mendigar que le compren una porción del capital accionario de Pdvsa.

Ha esbozado Henrique Capriles Radonski en distintas intervenciones, las bases de una nueva política petrolera para Venezuela distinta y superior a la que ha llevado a cabo la administración de Hugo Chávez.

La nueva política petrolera se fundamenta en el principio del progreso y es un instrumento para la construcción de un país progresista y por esa razón Capriles Radonski habla del petrolero como palanca del desarrollo y no como un mero proveedor de recursos fiscales.

Esto significa que a partir del petróleo se potenciarían un conjunto de sectores industriales, la construcción y los servicios que recibirían los estímulos de una industria petrolera repotenciada, manejada técnicamente, alejada de la corrupción y conciente de su responsabilidad social.