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El río arrastró toda la basura a las cercanías del lugar
Jenmy de Arabia y Marlene Castillo
Desperdicios, restos de animales muertos y barro cubren las adyacencias del río Turmero a la altura del callejón Urdaneta del barrio 18 de Mayo en Santa Rita.
El torrente ha arrastrado basura, los vecinos están preocupados y alegan que se encuentran en una zona de alto riesgo.
Jenmy de Arabia, habitante del sector, explicó que tienen más de cinco años con este problema pero que en las últimas dos semanas se ha intensificado porque el río “empezó a traer toda la basura y se estancó”.
También aseguró que la alcaldesa Raiza Márquez no les presta atención: “Ella nos tiene en una mamadera de gallo, nos ha ofrecido sacarnos, nos manda a buscar casa, nos deja en espera y no pasa nada, estamos cansados de esto”.
Por otro lado, Marlene Castillo aclaró que la casa de su abuela, Teresa González de 79 años, está justo en frente del caudal y que se la tuvieron que llevar a otro lado por la “hediondez” y porque cuando llueve el agua amenaza con entrar a las casas.
Castillo informó que acudieron a la alcaldía, donde les pidieron una carta firmada por los vecinos, y que cuando la llevaron les dijeron que tenían que esperar porque la máquina estaba en Paraparal y no podían trasladarla hasta allá.
Asimismo, advirtieron que en el sector viven aproximadamente 15 familias y 15 niños, y que algunos menores de edad se han visto perjudicados por la cantidad de escombros que hay en el sitio, presentando afecciones como neumonía y asma.
Los animales no escapan a la tentación de esconderse entre los desechos o de aparecer en el lugar a causa del agua. Habitantes de esta comunidad informaron que siempre salen babas del río, y que las culebras, cada vez que pueden, se meten en sus moradas.
Por otra parte, Mariam Guerra declaró que se sienten completamente olvidados porque nunca han asfaltado las calles de este callejón, y que tienen servicios públicos porque son robados.
Guerra también explicó que cuando el censo fue para allá tuvieron que regresarse a pedir un permiso especial para censarlos, ya que “no aparecían en el mapa”.
Ante tanta desidia, olvido y abandono por parte de la alcaldía y los organismos competentes, los residentes hicieron un llamado a las autoridades para que se acuerden de las personas que viven en este lugar, y para que resuelvan el problema del río, el cual podría ocasionar una tragedia si no retorna a su cauce original.
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