Nueva York | EFE
Tras el alentador comienzo de la temporada de difusión de resultados de los grandes bancos de EE.UU. gracias a JPMorgan Chase y Citigroup, las cifras ofrecidas hoy por Goldman Sachs y Bank of America demostraron que la débil recuperación económica del país pesa sobre las cuentas de la banca.
"Durante el segundo trimestre, el entorno en el que operamos fue más difícil dadas las preocupaciones macroeconómicas a nivel mundial", reconoció hoy el presidente y consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, al conocerse unos resultados que quedaron por debajo de las expectativas de Wall Street.
El banco de inversión estadounidense reveló que durante la primera mitad del año registró una ganancia neta de 1.960 millones de dólares en la primera mitad de su ejercicio fiscal 2011, el 48 % menos que en el mismo periodo del año anterior, aunque solo en el segundo trimestre sus beneficios se dispararon el 132 %.
Pese a ese avance, los inversores penalizaron que la compañía viera durante esos tres meses una reducción del 18 % en su facturación, un retroceso motivado en gran parte por la caída del 53 % de los ingresos de su área de renta fija.
La incertidumbre por el entorno macroeconómico ha llevado al banco de inversión "a reducir riesgos en los mercados como respuesta a un intento de gestionar las fluctuaciones de precios y la liquidez del mercado", explicó el propio Blankfein, quien reconoció que los resultados del segundo trimestre fueron "decepcionantes".
Así fueron recibidos en Wall Street, donde los inversores penalizaban a la compañía con unos números rojos del 1,65 % a una hora del cierre en la Bolsa de Nueva York, al tiempo que durante este año la compañía ha caído el 24,42 %.
Algo parecido ocurría con Bank of America, que se dejaba el 2,01 % para liderar el lado de los descensos del índice Dow Jones de Industriales, al tiempo que desde que comenzó el año el mayor banco de EE.UU. por activos se ha dejado el 28,64 % de su valor en bolsa.
La presión sobre las cuentas de ese banco no solamente vino desde un ámbito macroeconómico que ha dado señales de debilidad en los últimos meses, sino también por los costes relacionados con la comercialización de bonos respaldados por hipotecas.
Esa entidad se vio forzada a finales de junio a llegar al mayor acuerdo jamás alcanzado con inversores por las pérdidas ocasionadas por esos bonos, que ascendió hasta 8.500 millones de dólares.
Principalmente afectado por ese pacto, Bank of America perdió 8.826 millones de dólares en este segundo trimestre, frente a los 3.123 millones de dólares ganados en el mismo periodo de 2010.
Los analistas estadounidenses ya habían previsto que la finalización de este tipo de demandas, unida a la todavía débil recuperación económica, pesaría sobre las cuentas de los grandes bancos del país.
"Va a ser un trimestre bastante mediocre con números que no van a impresionar a nadie", anticipó el analista de Sanford Bernstein y exdirector financiero de Lehman Brothers, Brad Hintz, el lunes de la semana pasada en una entrevista con la radio WNYC, en la que recordó que el entorno económico no anima a la petición de nuevos créditos.
Sin embargo, los números de Goldman Sachs y Bank of America son hoy el lado negativo de la moneda en esta temporada de presentación de resultados de los grandes bancos estadounidenses, que comenzó con un tono muy optimista gracias a las cuentas de JPMorgan Chase y Citigroup.
El primero en presentar sus cuentas fue JPMorgan Chase, que alegró a los inversores tras anunciar que en el segundo trimestre del año ganó 5.431 millones de dólares, el 13,2 % más, lo que según explicó el analista de Nomura, Glenn Schorr, a la página de noticias financieras Market Watch, demuestra un año más que este banco "tiene el hábito de ser el punto fuerte de la temporada de resultados financieros".
De cualquier modo el banco vio cómo los ingresos generados a través de tarjetas de crédito bajaron el 12 % en el segundo trimestre de este año, lo que refleja que las persistentes dudas por el entorno económico pesan sobre el gasto de los consumidores.
Un día después de conocerse los resultados de JPMorgan Chase llegaron los de Citigroup, que también alegró a Wall Street al anunciar que ganó 3.300 millones de dólares en el segundo trimestre, el 22 % más, ya que vio reducirse sus pérdidas por el impago de créditos el 35 %.
A pesar de que la pintura ofrecida por los resultados empresariales de la banca estadounidense es algo borrosa, en su conjunto revelan que la ausencia de una sólida recuperación económica en EE.UU. todavía pasa factura sobre sus cuentas.
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