"Mi hijo es inocente"

Tal Cual

El padre de un estudiante detenido se instaló en el PNUD para exigir su liberación. Gerardo Carrero llevó a Miraflores una carta para Maduro en la que pide hablar con él sobre el joven universitario

KEILYN ITRIAGO MARRUFO

El padre de Gerardo Carrero, quien lleva el mismo nombre de su hijo, decidió plantarse frente a la sede del PNUD junto con siete madres más hasta que dicten la liberación de los jóvenes detenidos tras el desmantelamiento de los campamentos estudiantiles ubicados en este mismo lugar que sirve como sede de la ONU en el país. Esta vez ellos están sin carpas, sólo con colchones en el piso y a la intemperie, soportando las lluvias que han caído desde el miércoles para acá.

Para el pasado martes estaba pautada la audiencia de presentación de su hijo y de los demás universitarios a fin de decidir si irían o no a juicio, pero fue aplazada para la siguiente semana porque según le dijeron el Sebin no trasladó a los detenidos al Palacio de Justicia.

Carrero confiesa que tenía 30 años sin venir a Caracas. "Esto es una locura para mí", dice al tiempo que relata lo difícil que ha representado durante más de 70 días "agarrar carrito y perderse, o metro y echarse a un lado y quedarse en un sitio y en otro, en una habitación, o en definitiva donde le llegue la noche". Pese a su desconocimiento de la ciudad, este habitante de San Cristóbal ha pasado por diferentes despachos públicos y hasta se trasladó a Miraflores para entregarle al presidente Nicolás Maduro una misiva.

–¿Realmente cree que el Presidente lea la carta que le llevó?
­–Usted sabe que uno siempre tiene una esperanza porque eso es lo último que uno pierde en esta vida. Uno siempre tiene que vivir con una convicción de que las cosas se pueden dar. Sí, yo tengo todavía fe de que la pueda leer.

–¿Qué le dice en el escrito?
­–Que me diera la oportunidad de hablar con él respecto a mi hijo, que yo venía de San Cristóbal; que detrás de esa investidura de Presidente debe haber un hombre con sentimientos, con corazón; padre de familia, hermano, hijo. Que quería hablar porque él sabía que es inocente de todo lo que le acusa.

–¿Está usted convencido de la inocencia de su hijo?
­–Por supuesto. Que le inventen otras cosas, pero esas no. Es un muchacho sano y que siempre le ha huido a las drogas. Es más, estaba estudiando criminalística en San Cristóbal.

–¿De dónde sale la idea de venir hasta Caracas a participar en los campamentos?
­–A él le han pasado muchas cosas que han marcado su vida y que lo han llevado a la lucha social de entregar su vida a una Venezuela bonita. Una de ellas es el desalojo del apartamento que había comprado su mamá por el Ipasme, tras la decisión de un juez. Un apartamento habitado por tres menores de edad, incluyendo una hermanita especial de 6 años en ese momento. Y hasta ahora, después de 10 años, es que les van a entregar el apartamento. Después, a él le dispararon en un brazo en una protesta pacífica y hace tres meses le mataron a uno de sus mejores amigos.

–¿Cuántas veces a la semana puede ver a su hijo en el Sebin?
­–Dos veces, miércoles y sábado. Los miércoles la entrada es a las 11 de la mañana y la salida es a las 3 de la tarde, y los sábados es de 11 de la mañana a 5 de la tarde.

–¿Cuáles son las condiciones de reclusión de su hijo?
­–Está muy bien allá. Lo sacaron de la celda en la que lo tenían junto con 16 personas y lo llevaron a otro sitio con mayor comodidad. No entiendo qué pasó el día de la audiencia y por qué no lo trasladaron, porque con nosotros también han tenido un buen trato.

–¿Hasta cuándo estarán frente a la sede del PNUD?
­–Hasta que nuestros hijos sean liberados plenamente.