El Periodiquito
Domingo, 20 abril a las 19:00:24
El servicio eléctrico es tan vital como el agua porque de él depende el funcionamiento de las bombas de achique. Pdvsa y Protección Civil tienen previsto instalar un centro de operaciones en el Parque del Sur para monitorear el problema.
Transcurrió un año desde el último torrencial aguacero en Mata Redonda. Ya casi inicia el período lluvioso y los habitantes se mantienen intranquilos por la situación del muro de contención y la anegación de aguas negras en calles y casas. Muchas de ellas lucen demolidas por el abandono. Las calles principales dejaron de existir debido a que se convirtieron en maleza por la humedad en la zona y pozos de barro.
Da la impresión de que la comunidad ya no existe, puesto que la desolación reposa en árboles sin hojas, grandes extensiones de terreno donde antes se erigían viviendas familiares y un olor nauseabundo proveniente de la red de cloacas que amenaza continuamente. Como la recolección de basura no es constante, se observa a los vecinos arrojando bolsas negras hacia zonas más cercanas al muro para no dejar en casa durante 15 días, los desechos sólidos.
Por otro lado, el servicio eléctrico es tan vital como el agua porque de él depende el funcionamiento de las bombas de achique. De lo contrario si falla el servicio, como ha pasado, la red de aguas residuales retornaría a las tuberías de las casas, obligando a las personas a abandonar preventivamente sus hogares.
Según palabras de uno de los operadores de la estación de bombeo, José Carrillo, el monitoreo de la situación a propósito del inicio de las lluvias se ha mantenido gracias a la asistencia de funcionarios de la estatal petrolera, Pdvsa y a Protección Civil. La primera efectúa la limpieza de la desembocadura del río Madre Vieja en el lago de Valencia para aligerar la corriente de agua y evitar “bultos de basura” en los caños. La segunda instalará posteriormente su centro de operaciones en el Parque del Sur.
DUERMEN CON UN “OJO ABIERTO Y OTRO CERRADO”
Pero los que aún residen en la última manzana de casas ubicada en la calle Sur, comentan que el desvelo nocturno pasó a ser rutinario porque duermen con un “ojo abierto y otro cerrado”, según la impresión de Lesbia Tovar. Ella espera la indemnización desde hace cuatro años y mientras tanto debe conformarse con todos los problemas que existen alrededor porque no cuenta con recursos económicos para mudarse a otro lugar.
AÚN QUEDAN 301 FAMILIAS POR INDEMNIZAR
Según el residente de la manzana 17 de Mata Redonda, Orlando Campero, el número de casas pendientes por indemnización se encuentra en 301. “Las autoridades no tienen noción de los que vivimos aquí porque existe mucha ‘viveza criolla’. Unos (vecinos) se van y alquilan lo que les queda de casa mientras esperan la compensación”, reveló. Por otro lado, Campero denunció que la perenne oscuridad de los postes de alumbrado público se presta para que personas externas aprovechen para robar o hurtar a personas y casas.
Al mismo tiempo, Manuel González señala que existen divisiones entre los residentes porque los “usaron para sacar adelante un determinado grupo y no a todos igualitariamente” ante las autoridades. Según González, la comunidad exige los recursos para adquirir casas dignas y en igualdad de condiciones.
PROTESTARON LA SEMANA PASADA
Bajo la finalidad de ejercer presión sobre quienes recae la responsabilidad de resolver la contingencia, un grupo de vecinos se concentró en la intersección de la avenida Fuerzas Aéreas, frente a una conocida farmacia del sur de la ciudad, en la que instaron a las autoridades a acelerar el proceso de indemnización para evitar hechos lamentables con la llegada del período de lluvias.
Ernesto Rojas Nieves
Foto Rafael Peña
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