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lunes, 24 de septiembre de 2012

Uso y abuso de Pdvsa

Tal Cual

En vez de dirigir los esfuerzos humanos hacia la producción petrolera, Rafael Ramírez forzó a los hombres de la industria a vestirse de rojo, los presionó para que asistieran a los actos políticos y hasta creó comités de ideologización dentro de la propia Pdvsa

EXEQUÍADES CHIRINOS

Desde que el ministro de Petróleo y Minería Rafael Ramírez inventó la frase "Pdvsa es roja, rojita" verdaderamente se creyó que estaba facultado con poderes omnipotentes para transformar a la principal industria estatal petrolera de Venezuela en un gran partido de gobierno.

Pensó que eran suficientes los atributos de presidir Pdvsa y manejar sus recursos económicos para obligar a sus trabajadores directos e indirectos a dedicarse al trabajo político­partidista por los candidatos oficialistas y, sobre todo, por la reelección presidencial de Hugo Chávez Frías.

En vez de dirigir los esfuerzos humanos hacia la producción petrolera, Rafael Ramírez forzó a los hombres de la industria a vestirse de rojo, los presionó para que asistieran a los actos políticos y hasta creó comités de ideologización dentro de la propia Pdvsa, con el objetivo de intentar asegurar la eterna fidelidad al mal llamado "proceso revolucionario", una mentira creada para encubrir a un gobierno nacional de estilo corsario, destructor y autoritario.

A la fuerza, todo lo intentó Ramírez. Amparado en el poder de contratar y despedir gente a su antojo al punto de colocar como gerente de la Refinería de Oriente a un Técnico Superior Universitario, Fernando Padrón, por encima de verdaderos expertos en la materia.

Con total descaro y respaldo presidencial, Ramírez pretendió convertir a Pdvsa en el gran partido del chavismo al usar los recursos económicos y los bienes nacionales de la industria para ponerlos al servicio de una causa política, en clara violación a la Constitución Nacional.

Dinero, carros, equipos y horas­hombre, para sencillamente obligar a la gente a asistir y aplaudir al Chávez candidato, quien se expresa a través de una carga de odio, amenazas y excentricidades, como esa última de creerse un cantante profesional. La política de Ramírez se concentró en vejar en grado sumo al trabajador petrolero, desde el obrero de la gabarra de perforación, hasta el gerente o ejecutivo medio.

Actualmente, para evidenciar solo un ejemplo, trabajan ­obligados­ en las denominadas Salas Situacionales ubicadas en cada una de las áreas petroleras y lo hacen en turnos de 7 am a 2 pm y de 2 a 9 pm, incluyendo sábados y domingos. El "trabajo" consiste en llamadas a celulares a toda la gente de los listados del "1x10" para recordarles el compromiso de votar por Chávez el 7 de octubre.

Además, manejan listas, como la lista de inscritos en Misión Vivienda, para informarles que pronto les entregarán sus casas, creándoles una falsa expectativa. El Gran Partido Pdvsa inventado por Ramírez está desesperado como su candidato­presidente, al punto que a la gente con quienes se comunican por los teléfonos pagados por la empresa estatal los inscriben de inmediato en la Misión Vivienda, eso sí, con el compromiso de que le den su voto a Chávez.

Uno de estos números desde el cual operan es el 0426­5829663, correspondiente a la casa 205 de Puerto La Cruz, como le dicen a la Sala Situacional de Oriente. Pero quienes laboran en la industria petrolera y tienen espíritu de ser trabajadores al servicio de Pdvsa, del país, piensan muy distinto a los propósitos de Ramírez y sus Comités Patrióticos creados internamente y dirigidos por gente del PSUV.

Se oponen a la conversión de la empresa estatal en partido político y poco a poco se han ido negando a ser llevados cual borregos a los actos proselitistas del PSUV, formando una mayoría silenciosa que está en desacuerdo con Ramírez y la reelección de Chávez. Su apuesta tiene aires de progreso, de cambio y, sobre todo, de urgencia en devolverle a Pdvsa su majestad de gran industria petrolera al servicio de los verdaderos intereses del país.

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