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lunes, 10 de septiembre de 2012

Lo feo, bueno y malo

Tal Cual

El ingreso de Venezuela al Mercosur plantea un gran reto, al punto que se estima que puede ser un suicidio económico, por lo que se debe debatir el contexto en el cual se produce

MAXIM ROSS / Especial TalCual

El intento de ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur tiene que generar un debate muy serio y profundo de los sectores afectados por esta decisión gubernamental, en particular de los actores productivos y los trabajadores, quienes serán los que lleven todo el peso de esa carga. Pero antes de entrar en él, debería discutirse la premisa de punto de partida sobre la necesidad de reforzar la relación sur ­ sur, en especial con Mercosur.

UNA PREMISA POR DISCUTIR

Lo cierto es que esa premisa se "da por sentada", no porque no convenga mejorar esa relación, sino porque se plantea en forma excluyente a la relación con el Norte y sin un examen riguroso de la conveniencia de vincularse plenamente al Brasil y la Argentina, como líderes de aquel proceso.

El hecho es que, dada la situación venezolana, ambos países pueden representar una amenaza para los sectores productivos venezolanos, tal como se teme representa la relación con el "poderoso Norte". En el pasado esta proposición llevó a la conclusión de que era necesario, primero, fortalecer la relación de Venezuela con países de tamaño y fuerzas similares, tal como es el caso de la Comunidad Andina, para luego enfrentar a los dos "poderosos" de la región. Al abandonar la CAN y el G3 ese proceso se malogró y paralizó, dejando a Venezuela en una peor posición internacional.

LO FEO

Gracias al impasse que se produjo por la salida de Paraguay del acuerdo, el ingreso de Venezuela no se realizó en la forma apropiada, no solo porque tuvo un origen estrictamente político y excepcional, sino porque no tiene el respaldo de todas las instituciones de los firmantes del Tratado de Asunción, en especial sus parlamentos. Lo "feo" del asunto está en que habría sido deseable que nuestro ingreso se realizara con "todas las de la ley".

LO BUENO

Un elemento positivo del ingreso al Mercosur trata de que Venezuela, el país que ha roto con casi todas las normas de conducta internacional, tendrá que sujetarse, a la larga, a las obligaciones y compromisos que ya existen en el acuerdo, comenzando por su columna vertebral de construir una zona de libre comercio y luego un mercado común de libre circulación de bienes y servicios, reto importante para la Venezuela intervenida y controlada por el Estado en todos sus frentes. También tendremos que adoptar reglas para proteger las inversiones, la propiedad intelectual y otros deberes, entre ellos lo referente al tratamiento de los derechos humanos y democráticos.

LO MALO

El ingreso de Venezuela a Mercosur plantea un reto formidable, al punto que me atribuyo la frase de que puede constituir un "suicidio económico", primero si se ingresa en el contexto de la ideología y la política económica actual, todas ellas orientadas a destruir el aparato productivo preexistente. En esas circunstancias las ventajas que tendrían los "grandes del Sur" son incomparables.

En segundo lugar está la inmensa brecha competitiva que existe entre Venezuela y esos países, encabezada por una consistente inflación y un tipo de cambio que nada tiene que ver con la realidad, a lo que se suma nuestra continua pérdida de competitividad, como lo refleja el último estudio del Foro Mundial de Davos.

Finalmente, lo "más malo" que tiene el ingreso es la gran asimetría que tenemos con los "dos grandes" del acuerdo, expresada no solo en sus tamaños relativos y capacidades industriales y agrícolas, sino porque tienen instituciones que, más allá de lo ideológico, terminan respaldando decisivamente a sus actores empresariales.

Esas asimetrías se expresan, como demostramos de seguidas, por la muy negativa brecha de comercio de Venezuela con ambos países. Allí se constata que somos la "economía compradora" por excelencia y que nuestras ventas a ambos son, francamente, marginales...y ello...

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